Los muertos que nadie llora

En Maracaibo, una ciudad con tres millones 703 mil 639 habitantes, y con una tasa de mortalidad ubicada por encima del 24 por ciento por cada 100 mil habitantes, al menos 10 de las víctimas fatales anuales, son llevadas a la morgue forense, y los familiares no los van a buscar.

En todos los casos los cuerpos son encontrados en lugares públicos, y pierden la vida de manera violenta. Quienes se encuentran con los cuerpos reportan la novedad a la policía para que se encarguen de hacer el levantamiento.

La furgoneta identificada con las siglas del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC), se vale de las luces y la sirena para abrirse paso entre los vehículos que transitan por las concurridas avenidas de la ciudad, hasta llegar al lugar de los hechos. El cuerpo es trasladado hasta la morgue forense, donde practican los exámenes de rigor.

Los cadáveres permanecen en la morgue hasta 60 días, a la espera de que llegue un familiar que los retire y les dé cristiana sepultura. Transcurrido ese tiempo, los funcionarios del CICPC, entierran los cuerpos en fosas comunes.

“Les damos un nombre, y en los documentos de defunción nos ponemos como familiares”, indicó uno de los funcionarios policiales.

En algunos casos, funcionarios policiales ofrecen detalles de los cuerpos abandonados en la morgue forense, para que la difusión de la noticia por los medios comunicacionales ayude a identificar los cuerpos.