Tres sencillos consejos para superar los pensamientos negativos.

La vida actual, con su ritmo acelerado y múltiples compromisos, frecuentemente conduce a la rumiación mental: ese patrón de pensar repetidamente en preocupaciones que impiden avanzar. La ansiedad y la duda son reacciones comunes, pero cuando los pensamientos negativos se convierten en ciclos incontrolables, pueden generar un considerable desgaste mental.

En un entorno saturado de información, es fundamental aprender a detener este "ruido mental" para recuperar la calma y claridad necesarias para el bienestar diario.

Método práctico anti-rumiación

El psicólogo Juan Rescalvo propone un método accesible para decirle adiós a estos pensamientos negativos. La idea central es observar, cuestionar y distanciarnos de ellos, en lugar de luchar o ignorarlos.

Este método se basa en tres pasos sencillos:

  1. “Interroga” tus pensamientos

    • En este primer paso, se busca identificar el origen de las ideas negativas. Se sugiere hacerse preguntas directas como: “¿Por qué pienso que no puedo hacerlo?” o “¿Quién me dijo que eso era así?”
    • Objetivo: Desentrañar el impulso negativo. Esto permite ver el pensamiento simplemente como una creencia, no una verdad absoluta.
  2. Reconoce tus fortalezas y soluciones

    • Rescalvo aconseja cambiar el enfoque del miedo hacia la posibilidad. Propone dos acciones prácticas:
      • Hacer una lista de diez habilidades o virtudes personales.
      • Proponer tres soluciones concretas para el problema que genera preocupación.
    • Esto ayuda a centrarse en capacidades reales. El experto señala que el desafío no siempre es eliminar la preocupación, sino aceptarla y decidir cómo actuar ante ella.
  3. Ponle nombre a tu “voz interior”

    • El tercer paso, aunque simbólico, es efectivo: darle un nombre a esos ciclos de pensamientos repetitivos.
    • Mecanismo: Al asignar un nombre, se genera una distancia emocional con el pensamiento. Cuando regrese el ciclo negativo, se puede dirigirse a esa voz de forma externa (por ejemplo, “¡Detente, Pepe!”) y solicitarle que “pare un rato”, recuperando así el espacio mental y la tranquilidad.

Con estos tres recursos, Juan Rescalvo enfatiza la importancia de examinar los pensamientos sin permitir que tomen control, ayudando a muchos a recuperar la tranquilidad y el control mental en su día a día.

Con información de 2001.

DCN/Agencias

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