Monseñor José Luis Azuaje desde la Basílica de Chiquinquirá: «La tablita que pudo ser una tinaja se transformó en un símbolo de amor para el mundo»
Desde la Basílica de Chiquinquirá, el monseñor José Luis Azuaje Ayala lideró la misa solemne en honor a la Virgen de Chiquinquirá, patrona del Zulia, conmemorando sus 316 años de devoción. Durante su homilía, Azuaje destacó cómo «la tablita que sería una tinaja se convirtió en un emblema de amor para el mundo».
En la Plazoleta San Juan de Dios, el arzobispo de Maracaibo se refirió a la Virgen como “un ancla firme en medio de las dificultades”, reafirmando la certeza de que “a todos los que aman a Dios, todo les sale bien”. La celebración reunió a miles de zulianos y visitantes, quienes se unieron en una manifestación de fe, acompañando a la madre de Dios en un recorrido fuera de la Basílica.
Azuaje también hizo alusión a José Gregorio Hernández, resaltando su amor y honestidad, y cómo su legado ha contribuido a la fe y la educación en el país. Mencionó que es a través de su vida que hoy se celebra la excelencia académica que se venera en los altares.
Además, el monseñor habló sobre San Carmen Rendiles, quien, a pesar de su discapacidad, ofreció un testimonio de resiliencia y dedicación a la educación. “Su vida inspiró a cientos de escuelas arquidiocesanas”, subrayó Azuaje.
El arzobispo enfatizó la necesidad de amar más a los demás y a la tierra zuliana, recordando que el amor debe ser auténtico y no basado en el narcisismo. Destacó que es vital amarse a uno mismo, reconociendo la imagen divina en cada persona.
Por último, Azuaje hizo hincapié en la conexión espiritual con la Virgen de Chiquinquirá, indicando que ella nos libera y santifica en el diálogo, evocando la naturaleza instintiva de las madres para comprender lo que sus hijos sienten. Concluyó su mensaje rezando un «Dios te Salve, María» y el Credo, reafirmando la unión de la comunidad en la fe.
DCN/Agencias
