En Belém, Brasil, se llevará a cabo la cumbre climática de la ONU (COP30) entre el 6 y el 7 de octubre, en medio de un complejo problema de gestión de basura. La ciudad genera más de 1.500 toneladas de residuos diarios, que son depositadas en un relleno sanitario en Marituba, un área de la metrópoli que enfrenta un grave desafío ambiental.
Belém, ubicada en el estado de Pará y considerada la puerta de entrada a la Amazonía, alberga a muchos de sus habitantes en favelas, muchas de las cuales carecen de un sistema de saneamiento adecuado, lo que provoca que la basura se acumule en sus ríos y canales.
El relleno sanitario de Marituba opera desde 2015 y forma una montaña de basura compacta de aproximadamente 40 metros de altura. La situación ha generado protestas de comunidades locales y organizaciones ecologistas, que argumentaron que comenzó a funcionar sin las condiciones adecuadas. Esto llevó a que la Fiscalía detuviera a varios directivos de la empresa Solví, a cargo de su gestión.
A pesar de los inconvenientes, Solví asegura que ahora opera con todas las autorizaciones necesarias, y ha instalado una planta de biogás para transformar los gases tóxicos generados, lo que les permite vender créditos de carbono a nivel internacional.
Actualmente, se planea abrir un nuevo relleno a diez kilómetros de distancia, en Bujaru, pero la comunidad quilombola de la zona expresa su preocupación sobre el impacto que esto podría tener en su salud y cultivos. La empresa afima que ya cuenta con el apoyo de la Secretaría de Medioambiente de Pará, y que están realizando audiencias públicas para informar a la población.
DCN/Agencias