
Operaciones de EE.UU. en el Caribe: Un análisis de la situación
El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, afirmó que “si la gente quiere dejar de ver a las narcolanchas explotar, que dejen de enviar droga a Estados Unidos”. Este comentario surge tras la extensión de las operaciones estadounidenses hacia el Pacífico, enfocadas en embarcaciones supuestamente cargadas de drogas.
Desde el 2 de septiembre, estas operaciones han resultado en al menos 57 muertes. Aunque los ataques se habían concentrado en aguas del Caribe, se han realizado excepciones en varias fechas, incluyendo el 21 y 22 de octubre, y el 28 de este mes.
El presidente Donald Trump y su equipo justifican estas acciones como un esfuerzo necesario para combatir a los carteles de droga, a los que han calificado de “organizaciones terroristas”, sugiriendo un “conflicto armado”. Sin embargo, estas operaciones no han contado con la aprobación del Congreso, lo que ha generado críticas en la región y preocupaciones sobre su legalidad, calificándolas como "ejecuciones extrajudiciales" por parte de expertos de derechos humanos de la ONU.
A pesar de las críticas, el gobierno de EE.UU. sostiene que su estrategia se mantendrá. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, indicó que los ataques seguirán “día tras día”, describiendo a los implicados no solo como narcotraficantes, sino como “narcoterroristas”.
Analistas apuntan que la principal droga que causa problemas en EE.UU. es el fentanilo, un opioide sintético producido en México y que se trafica principalmente a través de la frontera terrestre. Esto lleva a cuestionar la efectividad y el verdadero propósito de las operaciones en el Caribe, especialmente considerando que las incautaciones de cocaína en esa área representan un porcentaje relativamente pequeño del total.
El panorama se complica con la militarización de la región y la creciente preocupación sobre las repercusiones de estas acciones en la comunidad local y en los países de la región.
DCN/Agencias