Nuevo informe revela que el 70 % de los divorcios está relacionado con el trabajo como principal factor desencadenante.

Un nuevo informe ha revelado un fenómeno alarmante en las relaciones de pareja: el 70% de los matrimonios en el mundo que terminan en divorcio lo hacen no por desamor, sino por la cultura laboral que prioriza el trabajo sobre los vínculos afectivos.

La investigación apunta a que las parejas no se separan por falta de amor, sino por lo que se denomina “ausencias presentes”: están juntos físicamente, pero emocionalmente distantes. Situaciones cotidianas, como compartir una cena mientras se revisa el teléfono o hablar sin escucharse, evidencian esta desconexión. La rutina laboral, que puede incluir llegar tarde, posponer actividades en pareja o concentrarse en pendientes en vez de disfrutar del tiempo juntos, va desgastando la relación poco a poco.

Este fenómeno es más frecuente en grandes ciudades, donde el ritmo acelerado y la cultura del rendimiento han convertido el trabajo en una especie de religión moderna. Los profesionales, a pesar de alcanzar logros en sus carreras, a menudo descuidan su vida personal. La psicóloga relacional Marta González ha señalado que estos hábitos, que se normalizan, son detonantes silenciosos que, aunque no generan discusiones inmediatas, erosiona lentamente la conexión emocional entre las parejas.

Aunque el panorama es complicado, los especialistas creen que esta situación se puede revertir. La clave consiste en reordenar la vida con un propósito más claro, recuperando tiempo de calidad y buscando un éxito que no implique sacrificar relaciones. El terapeuta de pareja Luis Méndez menciona la necesidad de redefinir el concepto de triunfo; si ser exitoso en el ámbito profesional significa perder lo que más se ama, esto se convierte en un sacrificio.

Iniciativas como las jornadas laborales flexibles, el trabajo remoto consciente y espacios de desconexión digital están surgiendo como soluciones para restaurar el equilibrio entre la vida laboral y la afectiva. Además, se está promoviendo un programa específicamente dirigido a aquellos que han construido carreras exitosas a expensas de sus vínculos personales.

El matrimonio implica un amor continuo, que va desde momentos idílicos hasta la frustración, pasando por diferentes etapas. Solo aquellos que superan las dificultades logran entender lo que significa “para siempre”. La conclusión del estudio es clara: no se trata solo de tener más tiempo, sino de aprender a priorizar lo que realmente importa. Cuando la vida se reduce a sobrevivir día a día, las relaciones quedan relegadas y eso puede tener un alto costo a largo plazo.

Vía El Regional del Zulia.

DCN/Agencias

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