Estudio científico valida que la actividad física puede ayudar a eliminar recuerdos no deseados.

Un reciente estudio publicado en Science Direct arroja luz sobre cómo el ejercicio físico puede influir en la forma en que nuestro cerebro gestiona recuerdos no deseados. La investigación sugiere que aumentar la neurogénesis en el hipocampo podría ayudar a liberar a la mente de memorias del pasado, favoreciendo el aprendizaje y el bienestar emocional.

El hipocampo es una región crucial del cerebro que interviene en el aprendizaje y la memoria. A diferencia de otras áreas, el hipocampo sigue produciendo nuevas neuronas incluso en la adultez, un fenómeno conocido como neurogénesis adulta. Este proceso, uno de los grandes avances en neurociencia, permite que las nuevas neuronas se integren rápidamente en el sistema, facilitando la adaptación a nuevas situaciones y la codificación de información reciente.

Sin embargo, el estudio también propone una paradoja: aunque la plasticidad del hipocampo favorece el aprendizaje, también puede desestabilizar recuerdos existentes. De esta manera, el mismo mecanismo que nos ayuda a aprender cosas nuevas podría facilitar el olvido de aquellas memorias que ya no son relevantes.

Para investigar el impacto del ejercicio en el control de los recuerdos, se utilizaron ratones en un entorno de laboratorio. Los roedores que tuvieron acceso a ruedas de ejercicio mostraron un incremento en la producción de neuronas en el hipocampo. Posteriormente, se les enseñó a asociar imágenes y ubicaciones mediante una tarea de reconocimiento en una pantalla táctil. Tras alcanzar un rendimiento adecuado, algunos ratones continuaron su rutina habitual mientras otros aumentaron su actividad física.

Los resultados revelaron que el ejercicio no solo aumentó la neurogénesis, sino que también debilitó la retención de recuerdos previos. En una tarea posterior que requería desaprender una asociación para aprender una nueva, los ratones que habían ejercitado necesitaron menos intentos de corrección, indicando una menor interferencia de recuerdos antiguos.

Este hallazgo sugiere que la neurogénesis inducida por el ejercicio podría facilitar la flexibilidad cognitiva y ayudar a dejar atrás memorias pasadas. Así, el olvido se plantea como un proceso adaptativo con beneficios para la salud mental.

La capacidad de modificar recuerdos a través del ejercicio tiene implicaciones significativas. Experiencias negativas o traumáticas pueden afectar el bienestar emocional de quienes las padecen. Por ello, el ejercicio podría ser una herramienta útil para gestionar la persistencia de estos recuerdos, remodelando los circuitos del hipocampo y permitiendo una adaptación emocional.

Aunque el entendimiento sobre los efectos del ejercicio en la memoria sigue en desarrollo, los hallazgos promueven la actividad física como parte de intervenciones para la salud mental, sugiriendo que el ejercicio no solo mejora la salud general, sino que también puede ayudar a renovar circuitos cerebrales conectados con memorias difíciles.

DCN/Agencias

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