
La onicofagia, o hábito de morderse las uñas, es más que una simple mala costumbre. Se trata de un comportamiento repetitivo relacionado con el cuerpo (Cuerpo-Focused Repetitive Behavior, CFRB), que tiene raíces emocionales y conductuales. Este hábito puede afectar a personas de todas las edades, aunque es más frecuente en la infancia y suele disminuir con el tiempo.
Los especialistas indican que la onicofagia frecuentemente se relaciona con estrés y ansiedad. El psicólogo Eliecer Torrealba destaca que morderse las uñas es un mecanismo para liberar tensión, aliviar nerviosismo o buscar calma en momentos difíciles. Entre otras causas emocionales se encuentran el aburrimiento, la falta de estimulación, y factores psicológicos como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y la baja autoestima. También el perfeccionismo puede contribuir a la aparición del hábito.
A pesar de que pueda parecer inofensiva, la onicofagia puede acarrear problemas de salud serios. Torrealba menciona varias de estas afectaciones:
Salud Física (Uñas y Piel):
Salud Bucodental:
Impacto Psicológico y Social:
Para tratar la onicofagia, especialmente en niños, es fundamental actuar sin aumentar el estrés. Se recomienda:
Para los adultos, algunas recomendaciones incluyen el cuidado estético de las uñas, el uso de esmaltes amargos para desincentivar la conducta, y el reconocimiento de los estímulos que provocan el hábito, así como la redirección hacia otras actividades.
Con información de Últimas Noticias.
DCN/Agencias