Cierre de Gobierno en EE. UU. por Fallo en Presupuesto
Pasadas las siete de la tarde en Washington, se confirmaba el cierre de gobierno en Estados Unidos. La incapacidad para alcanzar un acuerdo de financiamiento hasta el 21 de noviembre fue reflejada en el Senado con una votación de 55 a 45, quedando cinco votos por debajo del umbral de 60 requerido. Los demócratas se negaron a tramitar un presupuesto que no incluyera recursos para extender los subsidios del Obamacare y revertir los recortes al Medicaid incluidos en el plan fiscal de julio.
El cierre se concretó en la madrugada del miércoles, evidenciando consecuencias complicadas. Normalmente, los cierres implican la suspensión temporal de la mayoría de los empleados federales, que solo perciben sus salarios de forma retroactiva cuando el gobierno se reabre. Los empleados esenciales, sin embargo, continúan trabajando sin retribución. Esta vez, el contexto es más complicado, ya que se prevén despidos masivos bajo la administración de Donald Trump.
La última vez que se vivió un cierre similar fue en 2019, bajo la misma presidencia, y duró 35 días—el más prolongado en 40 años. Las disputas sobre la financiación de servicios de salud entre demócratas y republicanos son acentuadas. A pesar de esto, se anticipa que el Senado realizará otra votación sobre el presupuesto.
Antes de la votación, Trump expresó que “cosas buenas pueden surgir de un cierre de gobierno”, sugiriendo que podría eliminar aspectos indeseados de las políticas demócratas. Con el cierre, el presidente puede reorientar prioridades y reducir áreas del gobierno que no le interesan.
Trump tiene un amplio margen para decidir qué se considera esencial durante el cierre. Por ejemplo, en el cierre de 2013, durante la presidencia de Barack Obama, se cerraron parques nacionales, algo que no ocurrió en 2018 bajo Trump.
Max Stier, del Partnership for Public Service, advirtió que el cierre otorgará a Trump y su director de presupuesto, Russell Vought, una gran libertad para determinar qué servicios y empleados pueden ser eliminados.
El impacto económico del cierre podría ser significativo, afectando la publicación de datos laborales cruciales, en un momento en que se observa debilidad en el mercado laboral. El bloqueo podría interrumpir informes importantes usados por la Fed para evaluar la economía.
Los demócratas enfrentan un dilema complicado; el pasado mes de marzo, evitar un cierre por el descontento interno del partido complicó aún más la situación actual. Además, Trump ha promovido desinformación vinculando a los demócratas con la defensa de beneficios para inmigrantes, lo que ha generado controversia.
DCN/Agencias