
Especialistas en salud y nutrición han evidenciado la conexión entre la alimentación y la calidad del sueño. Consumir ciertos alimentos en la cena puede afectar de manera negativa el sueño profundo, dificultando tanto el inicio como el mantenimiento del descanso nocturno.
La nutricionista Agustina Murcho señala que si una persona enfrenta dificultades para dormir, “la dieta podría ser al menos en parte la culpable”. Esto resalta la importancia de identificar los ingredientes y hábitos que influyen en la capacidad del cuerpo para lograr un sueño reparador.
Los expertos han señalado varios grupos de alimentos que deberían evitarse o consumirse con moderación en las horas previas a dormir para asegurar un buen reposo:
Estimulantes y bebidas energizantes
La cafeína, el té fuerte, el chocolate y los refrescos energizantes pueden alterar la vigilia. En casos de insomnio, se aconseja no consumir estos productos en ningún momento del día.
Comidas pesadas y grasosas
Platos como parrillas y hamburguesas generan digestiones difíciles que impiden que el cuerpo descanse adecuadamente. Estos alimentos pueden provocar que la persona se despierte durante la noche, afectando la calidad del sueño.
Alimentos ácidos o ricos en tiramina
Según la psicóloga del sueño Katherine Hall, aquellos alimentos con alto contenido de tiramina pueden sobreexcitar el cerebro y dificultar el inicio del sueño. Ejemplos incluyen:
Condimentos picantes y comidas saladas
Alcohol y vegetales fermentadores
Aunque el consumo moderado de alcohol podría inducir sueño, el exceso perjudica su calidad. Además, la ingestión de líquidos, ya sean alcohólicos o azucarados, puede interrumpir el sueño. Vegetales como el brócoli y la coliflor pueden causar distensión abdominal y molestias digestivas.
Para mejorar el descanso, se sugiere optar por cenas livianas y de fácil digestión. Los alimentos recomendados incluyen:
Con información de Caraota digital.
DCN/Agencias