
El Atlético de Madrid dejó atrás su crisis con una actuación brillante y un Julián Álvarez estelar, que fue fundamental en la contundente victoria de su equipo 5-2 sobre el Real Madrid en el derbi madrileño. Después de que Guler pusiera al Madrid 2-1, el argentino anotó dos goles que, junto al tanto de Sorloth, desataron una goleada que culminó con un gol de Griezmann.
Tras un inicio de temporada decepcionante, el Atlético mostró su esencia y, a la séptima jornada, se plantó firme ante su eterno rival. En el Metropolitano, con más de 69,000 aficionados, el equipo de Simeone salió a demostrar que aún tiene garra.
El encuentro empezó sin muchas sorpresas, aunque el Madrid dejó a Franco Mastantuono en el banco y el Atlético se arriesgó al alinear a Sorloth, quien había sido objeto de críticas. Y aunque el inicio fue complicado, el Atlético rápidamente tomó la delantera: un cabezazo de Le Normand al minuto 14 puso a los colchoneros 1-0.
Sin embargo, el Madrid no tardó en responder. Un gol de Mbappé y otro de Guler le dieron la vuelta al partido. Pese a esto, el Atlético no se dejó intimidar. Con intensidad y coraje, y en un final de la primera mitad lleno de cambios, Sorloth empató con otro espectacular cabezazo justo antes del descanso.
La segunda mitad comenzó con emoción. Un penalti marcado por Julián Álvarez llevó al Atlético a 3-2. El argentino no se detuvo ahí y, con un golazo desde fuera del área, amplió la ventaja a 4-2. Griezmann también se unió a la fiesta al sellar el 5-2 en el tiempo añadido, dejando claro el dominio rojiblanco.
El Atlético, fiel a su historia, fue superior en el juego, la intensidad y la entrega. Con una plantilla encendida y un equipo que parece reencontrar su camino, el futuro se presenta prometedor. La victoria no solo sirve para elevar posiciones en la liga, sino también para reafirmar la fuerza del Atlético contra su más acérrimo rival.
DCN/Agencias