La ciencia detrás de los sueños: Un neurocientífico revela por qué parecen tan vívidos.

Cada noche, al descansar y entrar en el sueño profundo, nuestra mente explora un espacio intrigante: el mundo de los sueños. Durante la fase REM, que se caracteriza por movimientos oculares rápidos y actividad cerebral intensa, nuestra conciencia se sumerge en un universo donde todo es posible, aunque carezca de presencia física.

El neurocirujano y neurobiólogo Rahul Jandial, autor de ¿Por qué soñamos?, ha investigado este fenómeno durante años. Sus estudios indican que los sueños no solo alimentan la creatividad y el bienestar, sino que también ofrecen una mirada al funcionamiento más complejo del cerebro humano.

Jandial explica que al soñar que estamos corriendo, se activa la misma área del cerebro que utilizaríamos si estuviéramos despiertos. Las emociones que experimentamos en los sueños, como el temor o la alegría, son fisiológicamente indistinguibles de las que sentimos en la vigilia.

A lo largo de la historia y en diferentes culturas, los sueños han mantenido patrones similares. Desde el antiguo Egipto hasta la Roma de Julio César, las personas han soñado con volar, caer o ser perseguidas, sin importar el contexto social o cultural. La mente en sueños explora escenarios inverosímiles sin censura, permitiéndonos ser otros, vivir situaciones absurdas o desafiar normas sociales.

A pesar de la influencia de la tecnología en nuestras vidas, esta apenas aparece en nuestros sueños, donde móviles y redes sociales no tienen presencia.

Las pesadillas son una experiencia compartida por todos. Los temas recurrentes incluyen el miedo al fracaso, agresiones y muertes, y pueden impactar nuestro estado emocional al despertar. Un 40% de las personas ha experimentado la sensación de inmovilidad al despertar, fenómeno que históricamente ha sido explicado por la presencia de demonios o espíritus, según distintas culturas.

Los sueños sexuales, por otro lado, son comunes y pueden provocar diversas emociones. Jandial señala que casi todos somos infieles en sueños; las mujeres suelen experimentar más sueños eróticos al extrañar a su pareja, mientras que los hombres solteros los viven con mayor frecuencia.

En la antigüedad, egipcios y griegos construían templos donde la gente acudía en busca de sueños sanadores. Esta práctica, conocida como incubación, comienza a recibir respaldo científico en la actualidad.

A lo largo de la noche, los sueños evolucionan. Al inicio, son más pesimistas y se relacionan con la rutina diaria, mientras que al final se tornan más emocionales y autobiográficos. Los conflictos en sueños pueden reflejar problemas de pareja en la vida real, y soñar con un ex sin emociones negativas puede facilitar superar una ruptura.

DCN/Agencias

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