La sal en la dieta: ¿peligro inminente o mito?
Científicos están cuestionando la noción de que una dieta baja en sal puede ser tan riesgosa como un consumo elevado de ella. El tema ha cobrado relevancia desde un viral video de Nusret Gökçe, conocido como "Salt Bae", quien se volvió famoso por su estilo al sazonar carne.
A nivel mundial, la población consume casi el doble de la sal recomendada. Esto ha llevado a las entidades de salud a insistir en la reducción del consumo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja un tope de 2 g de sodio al día, lo que equivale a unos 5 g de sal. En EE. UU., la cifra ronda los 2,3 g.
Investigaciones recientes sugieren que una ingesta moderada de sodio, entre 3 y 6 g diarios, podría ser óptima para reducir el riesgo de enfermedades cardíacas. La mayoría del sodio en nuestra dieta proviene de alimentos procesados, como el pan y las salsas, no solo de la sal que añadimos al cocinar.
Por otro lado, está comprobado que el exceso de sal puede generar hipertensión arterial, lo cual se relaciona con un sano porcentaje de accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardíacas. En efecto, un metaanálisis de estudios ha revelado que un consumo de 5 g adicionales de sal al día incrementa el riesgo de problemas cardíacos.
Asimismo, reducir la sal puede tener efectos positivos. Un estudio en Inglaterra mostró que una baja de 1,4 g diarios en la ingesta de sal se asoció con una disminución en la presión arterial y en la mortalidad por accidentes cerebrovasculares.
Sin embargo, la sensibilidad a la sal varía entre individuos, dependiendo de factores como la genética y el estado de salud. Algunos científicos sostienen que una ingesta muy baja puede ser igual de perjudicial que una alta.
Investigaciones recientes indican que tanto un consumo menor a 5,6 g como superior a 12,5 g están vinculados a efectos negativos sobre la salud. Por ejemplo, un estudio con más de 170,000 participantes encontró que niveles bajos de sal se relacionan con un aumento en el riesgo cardiovascular.
A pesar de esto, el debate sobre el consumo de sal sigue vigente, y la mayoría de los expertos coinciden en que se necesita más investigación sobre el impacto de su reducción drástica en la salud. La cuestión persiste: ¿cuánto es demasiado?
DCN/Agencias