El miedo es una experiencia incómoda que puede paralizar o, por el contrario, despertar un valor inesperado.
El psicoanálisis investiga cómo personas que muestran valentía en su vida diaria pueden quebrarse ante el miedo, ya sea por circunstancias reales o imaginarias. Igualmente, aquellos que son más cautelosos pueden encontrar en el miedo una fuente de coraje no anticipado.
Ernest Hemingway decía que el valor se manifiesta como firmeza ante la presión. Por su parte, el renombrado psiquiatra vienés Víktor E. Frankl, conocido por su trabajo en Logoterapia, estudió este fenómeno durante su cautiverio en campos de concentración nazis. A pesar de ser judío y agnóstico, reflexionó sobre la importancia del “porqué” en la vida, sugiriendo que tener un propósito puede dar sentido incluso en circunstancias extremas.
Las palabras «No tengan miedo» marcaron el inicio del pontificado de San Juan Pablo II, resonando con lo que se encuentra en la Palabra de Dios.
El miedo, generalmente asociado a emociones negativas, tiene múltiples causas, siendo la violencia física o moral una de las más prominentes. Este sentimiento se convierte en el principal mecanismo de control de muchas dictaduras, las cuales lo utilizan para acallar la voluntad popular y mantener su dominio de forma ilegítima.
Curiosamente, los que están en el poder también experimentan miedo, lo que puede llevarlos a cometer diversas atrocidades, pues temen el rechazo del pueblo.
Por: Fernando Luis Egaña