El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, se alista para dar su último discurso este viernes en el simposio de Jackson Hole, donde se enfrenta a un complicado contexto de alta inflación, un mercado laboral debilitado y presiones políticas. Su intervención será clave para las expectativas en Wall Street, que anticipa un posible recorte de tasas en septiembre.
Los últimos datos revelan un aumento en los precios de julio, con una inflación subyacente del 3,1% anual, superando la meta del 2%. A la vez, los informes de empleo indican contrataciones más débiles de lo esperado en meses anteriores, lo que ha complicado la situación del banco central, que mantiene su tasa clave en 4,3%.
David Wilcox, execonomista de la Fed, comentó que la situación se ha vuelto más compleja para el organismo. Powell podría insinuar un recorte de tasas este año o preferir un enfoque cauteloso, esperando evidencias sobre el impacto de los aranceles de Trump en la inflación. Economistas creen que no se comprometerá a un movimiento inmediato en septiembre, lo que podría decepcionar a los mercados.
El discurso de Powell ocurre en medio de tensiones inéditas, con críticas intensificadas de Trump hacia él. Además, Trump ha cuestionado el costo de remodelaciones en la Fed y ha exigido la renuncia de la gobernadora Lisa Cook, quien enfrenta acusaciones de fraude.
La Fed también lidia con una desaceleración económica, con un crecimiento anualizado de apenas 1,2% en la primera mitad del año, ventas de viviendas en mínimos de nueve meses y un consumo privado debilitado. Powell, cuyo mandato concluye en mayo, deberá navegar entre la estabilidad de precios y la promoción del empleo en un entorno incierto.
DCN/Agencias