La propuesta de España de implementar un impuesto del 100% sobre las propiedades adquiridas por extranjeros no comunitarios ha reavivado el debate sobre la fiscalidad inmobiliaria en Europa. Esta medida tiene como objetivo aliviar la presión en el mercado de vivienda, aunque los impuestos sobre bienes inmuebles constituyen una fuente importante de ingresos fiscales en el continente.
De acuerdo con datos de la Comisión Europea y la OCDE, Francia y el Reino Unido lideran la recaudación, logrando un 3,7% de su PIB en 2023, seguidos por Bélgica con un 3,2%. España se posiciona en el quinto lugar con un 2,5% del PIB, superando a Italia (2,1%) y Alemania, que presenta una cuota inferior al 1%. En contraste, Chequia y Estonia apenas recaudan el 0,3%, mientras que Eslovaquia y Lituania se mantienen por debajo del 0,5%.
En términos absolutos, el Reino Unido es el líder en recaudación con aproximadamente 115.000 millones de euros, seguido por Francia con 104.500 millones. España, por su parte, recauda 36.800 millones, situándose lejos de Italia (45.300 millones) y Alemania (41.400 millones). En total, la Unión Europea recaudó 318.800 millones de euros a través de impuestos inmobiliarios en 2023, con Estonia siendo el país con la menor recaudación, apenas 110 millones.
La mayor parte de los ingresos fiscales proviene del norte y del oeste de Europa, mientras que los países del este y bálticos muestran una dependencia menor de este tipo de impuesto. En el sur, España y Portugal recaudan significativamente, mientras que Grecia e Italia presentan cifras más moderadas.
Según la OCDE, estos tributos incluyen no solo impuestos a la vivienda, sino también a patrimonio, sucesiones, donaciones y transmisiones, lo que provoca variaciones en su impacto económico entre los distintos países. La propuesta española, de concretarse, podría ser una de las más trascendentales en Europa.
DCN/Agencias