En China, una tendencia creciente entre los jóvenes desempleados ha llevado a algunos a pagar por espacios de trabajo simulados, en lugar de quedarse en casa. Este fenómeno se desarrolla en un contexto de desaceleración económica y dificultad para encontrar empleo.
Por ejemplo, Shui Zhou, un hombre de 30 años, decidió pagar 30 yuanes (aproximadamente 4,20 dólares) diarios para trabajar en una oficina gestionada por la empresa Pretend To Work Company en Dongguan, después de que su negocio de comida fracasara el año pasado. Estas oficinas, que se asemejan a lugares de trabajo reales, usan computadores y ofrecen acceso a Internet, además de salas de reuniones y áreas de descanso.
Las tarifas diarias, que varían entre 30 y 50 yuanes, a menudo incluyen almuerzo y refrigerios. Este modelo se ha popularizado en ciudades chinas como Shenzhen, Shanghái, y Nanjing debido a un alto índice de desempleo juvenil, que supera el 14%. Muchos graduados universitarios, incluso aquellos altamente calificados, enfrentan dificultad para conseguir empleo. Este año, se espera que alrededor de 12,22 millones de graduados ingresen al mercado laboral, según cifras oficiales.
El profesor Christian Yao, experto en economía china, señala que la práctica de fingir que se trabaja ha ganado aceptación. Debido a la desconexión entre la educación y el mercado laboral, estos espacios permiten a los jóvenes tener un entorno de trabajo que les ayuda a organizar sus metas o realizar tareas ocasionales.
Zhou se enteró de este tipo de oficinas a través de la red social Xiaohongshu. Ha pasado más de tres meses acudiendo, lo que ha mejorado su autodisciplina. Envió fotos a sus padres para tranquilizarlos acerca de su situación de desempleo. Los asistentes suelen llegar entre las 8 y 9 de la mañana y pueden irse en cualquier momento, aunque Zhou a veces se queda hasta las 11 de la noche. Entre ellos, se han hecho amigos y comparten momentos de trabajo y esparcimiento.
Por otro lado, en Shanghái, Xiaowen Tang, de 23 años, también optó por esta solución. Al no encontrar trabajo a tiempo completo después de graduarse, alquiló un espacio de trabajo y utilizó el lugar para escribir novelas en línea. Aseguró a su universidad que estaba en una pasantía mediante una foto del ambiente, a pesar de que en realidad había pagado por el acceso.
Este contexto refleja una adaptación a la realidad laboral actual, donde la búsqueda de oportunidades se enfrenta a la dura competencia y a las demandas educativas.
DCN/Agencias