El Gobierno de Estados Unidos anunció el miércoles un aumento en los aranceles a las importaciones de Brasil, que alcanzará hasta 50% a partir del 1 de agosto. Esta medida se justifica como respuesta a lo que considera violaciones de derechos humanos y la libertad de expresión en Brasil, así como a la persecución política del expresidente Jair Bolsonaro.
La Casa Blanca emitió un comunicado donde detalla que esta decisión se toma mediante una orden ejecutiva que añade un arancel del 40% a un impuesto ya existente del 10%, validando que esto responde a una “amenaza inusual y extraordinaria” a su seguridad nacional, política exterior y economía.
El documento oficial sostiene que el Gobierno brasileño ha estado llevando a cabo una “persecución política, intimidación, acoso, censura y enjuiciamiento” contra Bolsonaro y sus seguidores, acciones que se consideran “graves abusos” que han deteriorado el Estado de derecho en Brasil. Las autoridades brasileñas, según Washington, han obligado a empresas estadounidenses a censurar contenido político y entregar información confidencial de usuarios.
Además, el comunicado critica al juez del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes, quien dirige las investigaciones sobre el intento de golpe de Estado de 2022. Washington lo acusa de abusar de su posición para intimidar opositores y proteger aliados corruptos, lo que ha llevado a acciones que podrían expulsar a plataformas estadounidenses del mercado brasileño y a la imposición de multas.
A la par de este incremento, se anunciaron sanciones personales contra de Moraes bajo la Ley Magnitsky, vigente para ciudadanos extranjeros involucrados en corrupción o violaciones de derechos humanos. Este movimiento refuerza la posición de EE.UU. de que la política exterior puede incluir medidas económicas punitivas.
DCN/Agencias