Expertos en seguridad alimentaria recalcan que no basta con pelar un plátano y consumirlo de inmediato. Sostienen que es fundamental lavar la fruta y asegurarse de que la cáscara esté limpia antes de proceder a su consumo.
A pesar de ser una de las frutas más populares, los especialistas indican que muchas veces se omite el proceso de limpieza, lo que podría comprometer la salud de quienes la consumen.
La cáscara del plátano actúa como una barrera, pero puede acumular bacterias, residuos de pesticidas y suciedad. Al pelar la fruta, estos contaminantes pueden transferirse a las manos y posteriormente a la boca. No lavar las frutas puede aumentar la exposición a patógenos como la salmonela, E. coli y listeria.
Tamika Sims, directora sénior de Comunicaciones sobre Tecnología del Consejo Internacional de Información Alimentaria, mencionó a HuffPost que “esta es una práctica recomendada para la manipulación segura de alimentos, buscando reducir la transferencia de suciedad o microbios de la cáscara a la pulpa que se va a consumir”.
Adicionalmente, los alimentos pueden haber estado en contacto con distintos contaminantes durante su transporte hacia el supermercado.
Para limpiar un plátano, se aconseja mantenerlo bajo el chorro de agua fría durante al menos 30 segundos, frotándolo con las manos para eliminar la suciedad visible. Es importante no utilizar jabón o productos de limpieza, ya que podrían dejar residuos dañinos en la fruta.
Otra opción es aplicar una mezcla de vinagre diluido (una parte de vinagre por cuatro de agua) sobre la cáscara, pulverizando la mezcla, y luego enjuagar con agua. También se puede emplear un cepillo destinado a frutas y verduras para frotar la cáscara.
Finalmente, se recomienda secar el plátano con un paño limpio para eliminar cualquier exceso de agua, asegurando así una mejor higiene antes del consumo.
Vía RT
DCN/Agencias