Perú condena a bailarín húngaro por acoso a Korina Rivadeneira
En un reciente fallo, un tribunal de Perú sentenció al bailarín húngaro Vajda Zoltan Attila a dos años y medio de prisión por el delito de tocamientos indebidos hacia la destacada conductora venezolana Korina Rivadeneira. Sin embargo, dado que se trata de una pena menor, se le concederá una suspensión, evitando así su ingreso al penal.
El juez del Primer Juzgado de Investigación Preparatoria de Flagrancia en Lima aceptó un acuerdo de terminación anticipada, estableciendo que Attila deberá cumplir con un periodo de prueba de un año, sujeto a varias normas. Entre ellas, no podrá cambiar de domicilio sin autorización judicial, deberá someterse a un control biométrico cada 60 días y está obligado a pagar 10 mil soles como reparación civil a favor de Rivadeneira, monto que debe ser cancelado inmediatamente.
Durante la audiencia, el bailarín tuvo la oportunidad de dirigirse a Rivadeneira. Mediante una traductora, expresó su arrepentimiento y afirmó que lo sucedido no fue algo deliberado. Manifestó: “Lamento mucho lo ocurrido y pido disculpas a la agraviada”.
Su defensa se basó en el argumento de que el contacto se produjo durante un espectáculo circense y que no tuvo intención de agredir a nadie. A pesar de reconocer que sabía que tocar sin consentimiento es un delito en Perú, opinó erróneamente que el ambiente del espectáculo lo exoneraba de responsabilidades.
Tras el veredicto, la conductora utilizó sus redes sociales para compartir su experiencia. Aclaró que, aunque muchos piensan que la sentencia trae paz, para ella no ha sido así, pero expresó que se hizo justicia. Relató la conmoción que le causaron los mensajes de apoyo de mujeres que vivieron situaciones similares y enfatizó la importancia de no quedarse calladas ante el abuso.
Rivadeneira también reflexionó sobre la situación de la hija de Attila y lo que representa. Esto la llevó a pensar en la necesidad de enseñar a las nuevas generaciones que el daño no es algo normal y que todos merecen respeto. Compartió sus sentimientos tras ver al bailarín llorar al pedir disculpas, poniendo de relieve su empatía a pesar del dolor que vivió.
En definitiva, la conductora busca que esta experiencia sirva de lección y reafirmó que cada persona merece ser tratada con dignidad y respeto.
DCN/Agencias