En mayo, la economía brasileña mostró signos de desaceleración tras varios meses de expansión. Según el Índice de Actividad Económica (IBC-Br) del Banco Central de Brasil, la actividad económica se redujo un 0,74% desestacionalizado respecto a abril, alcanzando 108,87 puntos. Este retroceso interrumpe tres meses de crecimiento continuo, pero no sugiere un cambio estructural en la tendencia; comparando con mayo de 2024, el índice creció un 2,9%.
El sector agropecuario fue el principal responsable de esta contracción, con un descenso del 4,3% ajustado por estacionalidad, tras un notable aumento en marzo y abril, cuando se benefició de condiciones climáticas favorables y una cosecha abundante. La industria también presentó una ligera desaceleración del 0,5%, y los impuestos disminuyeron en un 1,0%.
Por su parte, el sector servicios, que representa más del 70% del PIB brasileño, se mantuvo relativamente estable, creciendo un 0,007% en mayo. Aunque este crecimiento fue modesto, ha sido crucial para la resistencia del crecimiento en la primera mitad del año. Excluyendo el componente agropecuario, la actividad económica apenas retrocedió un 0,3%, lo que sugiere que la caída general se debió a factores temporales en el agro.
Los analistas consideran que este dato es más una pausa técnica que una reversión de la tendencia. Con la inflación dentro del objetivo y un consumo interno sólido, se anticipa que el Banco Central mantendrá una política monetaria prudente. En los primeros cinco meses del año, el IBC-Br ha crecido un 2,1%, consolidando expectativas de un crecimiento por encima del 2,5% para 2025.
DCN/Agencias