Valencia, 10 de julio de 2025 – Padres de niños en Venezuela están explorando alternativas educativas debido a las deficiencias del horario mosaico, un esquema no oficial que ha reducido el tiempo de enseñanza en las aulas. Este método, implementado por diversas escuelas, ha sido conocido en el ámbito educativo desde hace tres años.
Un claro ejemplo es Emily, una niña de 10 años que asiste a clases solo dos veces a la semana. Su madre, Rebeca, expresa su preocupación, señalando que esta fragmentación del aprendizaje impide que su hija reciba una educación completa. “Solo ve Matemáticas y Castellano un día, y al siguiente, tal vez Ciencias o Educación Física”, comenta.
El horario mosaico permite a los docentes trabajar en las escuelas un par de veces por semana, buscando complementar sus ingresos bajos. La exministra de Educación, Yelitze Santaella, había promovido que los educadores realizaran otros oficios para subsistir.
Carlos Calatrava, exdirector de Educación de la UCAB, considera que esta modalidad perjudica la calidad educativa, destacando la importancia de la asistencia regular para el desarrollo y el aprendizaje de los niños.
La situación ha desmotivado a estudiantes como Emily, que ya no muestra interés por asistir. Su madre asume un papel de educadora en casa, aunque señala que no tiene la preparación necesaria para ello. La falta de asistencia regular también afecta a otros estudiantes, con un 40% de niños escolarizados asistiendo de manera irregular, según Encovi.
Yoselin, madre de un adolescente de tercer año de bachillerato, también manifiesta preocupación, ya que su hijo asiste a clases una vez a la semana y recibe tareas a través de WhatsApp.
El presidente del Sindicato de Maestros de Caracas, Edgar Machado, subraya que los problemas de aprendizaje se han intensificado y el horario mosaico no cumplió con los objetivos educativos establecidos. Actualmente, la crisis del sistema educativo se profundiza, impactando negativamente en el futuro de los niños venezolanos.
DCN/Agencias