Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) llevaron a cabo bombardeos este lunes sobre carreteras que conectan con la planta nuclear de Fordo, en el noroeste de Irán. Este ataque se produce tras el bombardeo del domingo por parte de Estados Unidos, que utilizó bombas antibúnker, causando importantes daños en estas instalaciones.
El Ejército israelí declaró que los nuevos ataques tenían como objetivo principal «obstruir el acceso» a la zona, indicando que las instalaciones nucleares no fueron afectadas directamente en esta ocasión. La planta de Fordo es considerada la principal instalación de Irán para el enriquecimiento de uranio y posee un extenso sistema subterráneo, accesible solo con las bombas utilizadas por Estados Unidos, que según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), provocaron “daños muy significativos”.
Rafael Grossi, director general del OIEA, informó que “los cráteres son visibles” por el impacto de las bombas, aunque reconoció que por el momento nadie puede concretar los efectos exactos del ataque. Sin embargo, destacó que la carga explosiva y la sensibilidad de las centrifugadoras podrían implicar daños considerables.
Además, se reportaron bombardeos sobre la prisión de Evin, símbolo de la represión del régimen iraní, y en el cuartel de las milicias Basij, leales al líder supremo Ali Jamenei. El Ministerio de Defensa israelí confirmó los bombardeos en varios objetivos, incluidas oficinas de la Guardia Revolucionaria y un reloj de cuenta atrás en Teherán que pronostica el final de Israel.
El ministro de Exteriores de Israel, Gideon Saar, celebró el ataque a la prisión de Evin y compartió un video que muestra el impacto en el acceso de la cárcel. Saar reiteró advertencias a Irán, enfatizando la necesidad de cesar ataques contra civiles.
DCN/Agencias