Los precios del petróleo retrocedieron este viernes tras el anuncio de la Casa Blanca de posponer su decisión sobre una posible intervención en el conflicto entre Israel e Irán. A pesar de esta caída, el mercado petrolero está en camino de cerrar su tercera semana consecutiva de ganancias, impulsado por el persistente riesgo geopolítico en una región crucial para el suministro energético global.
A las 10:00 GMT, el barril de Brent bajó un 2,4% hasta los 76,96 dólares, mientras que el WTI estadounidense para julio experimentó un leve incremento, cotizando a 75,96 dólares. El contrato más líquido, correspondiente a agosto, se ubicó en 73,77 dólares. La volatilidad en el mercado se intensificó debido a los recientes intercambios de ataques entre Israel e Irán, que incluyeron bombardeos a instalaciones nucleares y el lanzamiento de misiles y drones.
Aunque la corrección del viernes refleja un ajuste técnico, analistas indican que la «prima de riesgo Irán-Israel» sigue alta, estimándose en hasta 10 dólares por barril. Según John Evans, analista de PVM, “basta una chispa para escalar el conflicto hacia objetivos energéticos, lo que impactaría de inmediato en la infraestructura petrolera clave”.
Un gran temor en el mercado es el posible cierre del estrecho de Ormuz, por donde transita aproximadamente el 20% del comercio global de petróleo. Irán ha amenazado con bloquear esta vía en respuesta a las presiones occidentales, lo que podría afectar las cadenas logísticas energéticas.
A pesar del conflicto, Irán ha mantenido el flujo de crudo mediante métodos logísticos discretos. Por su parte, el mercado sigue mostrando holgura de oferta, aunque un conflicto prolongado podría alterar esta situación rápidamente.
A la espera de una decisión de Washington, el mercado petrolero se encuentra entre fundamentos sólidos y la incertidumbre de un conflicto mayor.
DCN/Agencias