En medio de una crisis económica que afecta profundamente a Bolivia, el presidente Luis Arce advirtió sobre el riesgo de un posible «default» si no se consigue financiamiento internacional antes de finalizar el año. En declaraciones a la agencia AFP, Arce manifestó: “Estamos procurando no entrar en default. Tenemos toda la intención de pagar nuestra deuda, ¿pero si no tenemos los recursos?”.
Bolivia necesita al menos 2.600 millones de dólares para diciembre, con el objetivo de cubrir importaciones de combustibles y pagar compromisos de deuda externa. Sin embargo, el Congreso aún no ha aprobado los 1.800 millones de dólares solicitados por el gobierno a organismos multilaterales.
El mandatario señaló al Parlamento como responsable de la falta de avances en este asunto. Afirmó que existe una “alianza de facto” entre la oposición y legisladores del expresidente Evo Morales, que ha paralizado los proyectos de financiamiento. Además, la disputa interna perjudica la aprobación de créditos necesarios.
La situación política es tensa, ya que Arce ha decidido no buscar la reelección en las elecciones presidenciales del 17 de agosto, mientras que Morales lidera protestas y bloqueos que han afectado al país durante las últimas semanas.
La economía también enfrenta serios desafíos: la inflación interanual alcanzó el 18 % en mayo, la cifra más alta en 17 años, y las reservas internacionales están casi agotadas, en gran parte tras mantener subsidios a los hidrocarburos.
Aunque la deuda externa de Bolivia representa un 37,2 % del ingreso nacional bruto —un nivel considerado moderado—, la falta de liquidez complica seriamente el cumplimiento de los pagos. La principal preocupación es que un eventual impago afectaría la calificación de riesgo del país y su acceso a financiamiento internacional por varios años.
Con información de AFP.
DCN/Agencias