El Ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega ha presentado recientemente un informe al Parlamento en el que subraya su papel fundamental en la «diplomacia para la paz», no solo en Venezuela, sino en más de 40 conflictos alrededor del mundo. Según el documento, Noruega se posiciona como un mediador en las negociaciones, colaborando con el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición para facilitar la búsqueda de soluciones políticas. Un aspecto crucial de este proceso es la inclusión de mujeres, comunidades locales y víctimas en los diálogos.
Este esfuerzo mediador de Noruega comenzó en 2019, respaldado por la comunidad internacional, incluyendo a la ONU, Estados Unidos, la UE, y países como Rusia y China. El informe señala que la intervención noruega fue solicitada tanto por sectores de la oposición como por el propio gobierno, en consonancia con lo que la comunidad internacional pedía.
El compromiso de Noruega tiene repercusiones en la próxima elección presidencial de 2024. Las conversaciones han seguido a múltiples intentos de negociación previos, reflejando un consenso global sobre la necesidad de resolver un conflicto que ha generado una de las crisis migratorias más grandes del mundo y ha desestabilizado a la región. A lo largo del proceso, ambas partes han logrado construir confianza y establecer canales de comunicación, aunque el informe indica que no se ha alcanzado la solución integral esperada.
En 2021, se alcanzó una visión común para el diálogo, y en 2022, se lograron avances en la utilización de fondos congelados para el bienestar social de los venezolanos. Para 2023, se sentaron las bases para las elecciones de 2024 y se acordó el acceso a vacunas y suministros médicos en medio de la pandemia. Sin embargo, el informe reconoce que la complejidad del contexto ha dificultado lograr el objetivo político deseado, y que los riesgos asociados con el papel de Noruega son factores a considerar.
Noruega enfatiza que actúa con imparcialidad, defendiendo el marco jurídico internacional y el restablecimiento de la democracia en el país. La confianza de ambas partes en la mediación noruega y la discreción en el manejo de las conversaciones son vitales para el proceso.
Además de Venezuela, Noruega sigue involucrada en múltiples procesos de resolución de conflictos en varios países, fortaleciendo su posición en el orden internacional y aumentando su capital político.
DCN/Agencias