La relación entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el empresario tecnológico Elon Musk ha llegado a un punto crítico. En el contexto de una disputa sobre el plan fiscal promovido por la administración republicana, Trump advirtió que podría retirar todos los subsidios y contratos gubernamentales otorgados a las empresas de Musk, como SpaceX, Starlink y Tesla.
El conflicto surgió tras la aprobación del plan fiscal en la Cámara de Representantes, el cual, según la Oficina Presupuestaria del Congreso, podría sumar 2,4 billones de dólares a la deuda pública en la próxima década. Musk, quien hasta mayo estuvo a cargo del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), catalogó la propuesta como una “abominación repugnante”, argumentando que fomentaría el gasto innecesario y perjudicaría la competitividad de sectores cruciales.
Trump expresó su descontento por las críticas de Musk, asegurando que el empresario tenía conocimiento del plan antes de su aprobación. Musk, sin embargo, negó haber recibido tal información y acusó a los republicanos de cometer un “error” al apoyar la iniciativa.
Si Trump cumple su amenaza, las empresas de Musk podrían enfrentar la pérdida de contratos significativos. Por ejemplo:
La tensión ha escalado, ya que Musk, quien invirtió 250 millones de dólares en la campaña republicana de 2024, sugirió crear un nuevo partido político, obteniendo apoyo en una encuesta. Trump, por su parte, acusó a Musk de deslealtad y mencionó que le pidió que dejara su puesto en el gobierno.
La posible anulación de contratos podría tener un impacto significativo en la estabilidad financiera de las empresas de Musk, afectando en particular a SpaceX, que depende en gran medida del gobierno para sus operaciones.
DCN/Agencias