El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, expresó en un discurso durante el primer año de su segundo mandato que no le importa ser llamado dictador, prefiriendo eso a ver asesinatos en las calles. Este comentario lo hizo en una sesión solemne de la Asamblea Legislativa en el Teatro Nacional de San Salvador, donde afirmó que ha sido etiquetado de esa forma en diversos medios, tanto nacionales como internacionales.
Bukele señaló que, a pesar de las críticas que recibe, su prioridad es la seguridad de los salvadoreños. “Prefiero que me llamen dictador, pero que los salvadoreños podamos vivir en paz”, comentó, destacando que la democracia y los derechos humanos son conceptos que, según él, se utilizan para mantener controlados a los ciudadanos.
El mandatario criticó la percepción de organismos internacionales y lamentó que algunos políticos de la región crean en ellos. Aseguró que lo que estos defensores de la democracia buscan es que el país no pueda castigar a los delincuentes.
Durante su discurso, Bukele también defendió la reciente aprobación de una Ley de Agentes Extranjeros, que impone un impuesto del 30% a las donaciones internacionales a ONG, comparándola con legislaciones de países como Nicaragua. El presidente argumentó que esta ley busca asegurar que los fondos destinados a proyectos sociales realmente beneficien a la población.
El discurso de Bukele estuvo marcado por el contexto de su mandato, que ha sido criticado por organizaciones y ha recibido denuncias de detenciones de activistas de derechos humanos, así como el encarcelamiento de venezolanos en El Salvador. También se mencionaron alertas sobre una posible escalada autoritaria en el país.
El mandatario cerró su intervención reafirmando su compromiso con la seguridad de su nación, asegurando que los recursos externos deben contribuir efectivamente al bienestar del pueblo.
DCN/Agencias