Los ministros de Finanzas del G7 se reunieron en Banff, Canadá, y decidieron trabajar para eliminar prácticas económicas que causen “desequilibrios excesivos” en el comercio mundial. En el comunicado final, aunque no se menciona a China, se expresa la preocupación por los “desequilibrios macroeconómicos globales insostenibles” y se solicita al Fondo Monetario Internacional (FMI) que fortalezca su análisis sobre estos temas.
François-Philippe Champagne, ministro de Finanzas de Canadá y anfitrión de la reunión, calificó el encuentro, marcado por las políticas arancelarias de EE.UU., como “muy exitoso”. Destacó la importancia de la unidad del G7 ante problemas complejos y la determinación de trabajar juntos en este contexto.
Aunque en el comunicado no se mencionan los aranceles impuestos por EE.UU., Champagne respondió a preguntas sobre su impacto, afirmando que las conversaciones en Banff fueron “constructivas y productivas”. Resaltó la necesidad de reducir la incertidumbre para fomentar el crecimiento y que esta reunión se enfocó en los objetivos esenciales del grupo.
El documento también indica que el G7 aumentará su vigilancia sobre las políticas no orientadas al mercado, subrayando la problemática del aumento de envíos de bajo valor, que podrían facilitar delitos como el tráfico de drogas y la importación de falsificaciones.
Los ministros condenaron la invasión rusa a Ucrania, afirmando su disposición a incrementar las sanciones contra Moscú si no se logra un alto el fuego, y quieren mantener los activos rusos inmovilizados. Además, se comprometieron a fomentar la confianza de los inversores para la reconstrucción de Ucrania y mejorar la cooperación internacional en la lucha contra delitos financieros, incluidos el lavado de dinero.
DCN/Agencias