Publicado el 21 de mayo de 2025 a las 19:56 GMT.
Una joven española, en busca de alivio a su ansiedad y problemas de sueño, decidió emprender el famoso ‘Camino de Santiago’, una antigua ruta de peregrinación cristiana que culmina en la catedral de Santiago de Compostela, en Galicia, España. Esta aventura, que la mujer documenta en sus redes sociales, tenía la expectativa de que caminar de 20 a 30 kilómetros diariamente le ayudaría a liberar tensiones, creyendo que en el camino solo encontraría “buenas personas”.
Sin embargo, al comenzar su andanza, se enfrentó a la dura realidad. “Llevo un día y no sé cómo explicar esto”, decía, relatando que al llegar a un albergue, se encontró con 60 personas para un lugar que sólo tenía 40 camas. Quienes no lograban entrar debían continuar su camino durante varios kilómetros hasta hallar otro refugio. Esto generó una intensa competencia por asegurar una cama, al punto de que una peregrina intentó reservar un hostal y le informaron que “el que llega, pilla cama”, desatando un ambiente de supervivencia.
En un tono algo jocoso, la joven relató su propia experiencia de asegurar su espacio: “Esta mañana vi que alguien se metió al baño, le trancé la puerta con un palo de escoba”, anhelando finalmente descansar. Acomodada en una habitación con seis jugadores de fútbol americano y otros viajeros de distintas nacionalidades, describe el ambiente como “una locura”, donde no podía imaginar cómo olía el lugar.
Cerca de las 10:30 de la noche, el silencio fue interrumpido por un “concierto de instrumentos de viento” en su habitación, haciendo referencia a los ruidos de sus compañeros de sueño. Con una mezcla de humor y resignación, admitió que terminó durmiendo en medio de tan peculiar compañía: “No sé si estaba dormida, anestesiada o gaseada”.
La joven concluyó que “esto es un sálvese quien pueda”, y compartió otra anécdota sobre una italiana que se resbaló en el camino. Empezó a preguntarse si debía ayudarla o no, considerando que cada uno debe luchar por su cama. “Después de todo, buena suerte”, fue su consejo a la caída.
DCN/Agencias