En Barquisimeto, Karina Torres expresa que, debido a la situación económica, ha tenido que reducir las porciones de comida y priorizar otros productos en lugar de carne. Desde principios de 2025, Venezuela enfrenta de nuevo una crisis alimentaria, después de que los últimos años parecían más alentadores. Las fluctuaciones en las divisas y las sanciones sobre la producción petrolera han contribuido a este problema.
Los precios de los productos básicos siguen subiendo, haciendo que la rutina de garantizar al menos una comida al día se torne complicada para muchas familias. Según el Centro de Documentación y Análisis Social, hasta febrero de 2025, se requiere alrededor de 16.23 dólares diarios, es decir, casi 500 dólares mensuales para cubrir la canasta básica, mientras que el salario mínimo se mantiene en 130 bolívares, equivalentes a 1.58 dólares.
La doctora Glennys Pastor, especialista en nutrición, indica que muchos venezolanos han reducido la cantidad de comidas diarias y han limitado la ingesta de proteínas. En las consultas, los larenses han optado por hacer solo dos comidas al día y han eliminado las meriendas. La doctora también menciona opciones económicas y nutritivas, como patas de pollo y vísceras.
Conmemorado en abril, el mes de la buena alimentación enfatiza la importancia de una dieta balanceada que incluya proteínas, carbohidratos y frutas. Según la Organización Mundial de la Salud, se requieren entre 1.800 y 2.000 calorías diarias. Sin embargo, muchos priorizan embutidos y granos debido a los elevados costos.
La situación ha impactado el comercio, con testimonios de vendedores que confirman la reducción en las ventas, una tendencia que podría tener consecuencias a largo plazo en la salud de la población.
DCN/Agencias