Casi cuarenta años han pasado desde que se estrenó la emblemática telenovela ‘Cristal’, y su protagonista masculino, el querido actor venezolano Carlos Mata, reflexiona sobre cómo ese gran éxito le robó parte de su esencia. Mata confiesa haber estado atrapado en un torbellino de trabajo que lo hizo sentir «de prestado» en la vida, hasta que decidió parar para preservar su salud mental y disfrutar adecuadamente de sus tres hijos: Santiago, Christian y Carlos Javier, fruto de su matrimonio con la actriz Marlene Maceda. Recientemente se mudó a Madrid, buscando mostrarse auténticamente al mundo, sin esconder las luces y sombras que lo conforman.
Durante los años 80 y 90, el artista experimentó el desgaste de una carrera casi ininterrumpida, donde llegó a estar ocho años y medio sin tomarse un verdadero descanso debido a la avalancha de grabaciones y presentaciones por todo el continente. La fama le hacía imposible disfrutar de su vida cotidiana. «Al principio, el reconocimiento agrada, pero cuando no puedes salir a hacer cosas sencillas como ir al cine, eso se convierte en una pérdida”, explica Mata.
Revive momentos complicados, como dejar de volar por el tumulto que causaba su presencia en los aeropuertos, e incluso que turistas en Nueva York se bajaran de sus autobuses al reconocerlo. Para Carlos, el éxito llegó como una sorpresa. Nunca se consideró un galán y fue la reconocida escritora Delia Fiallo quien lo animó a tomar el papel de Luis Alfredo Ascanio en ‘Cristal’, afirmándole que algún día se lo agradecería, algo que efectivamente ocurrió.
Pese a su éxito, Mata asegura que nunca ha valorado en su justa medida lo que ha realizado, y recalca la gratitud que siente hacia las telenovelas y el amor, un hilo conductor en sus historias. A lo largo de su vida, ha cultivado una pasión especial por el teatro y la música, recordando sus inicios en el Coro de Cámara de Caracas y su banda de rock.
Actualmente, se prepara para retomar su espectáculo biográfico ‘Desnudo con sombrero’, una deuda pendiente que espera saldar en 2025 en Madrid, tras la suspensión de su gira por la pandemia. A sus 72 años, Mata está decidido a seguir haciendo lo que ama, pero esta vez con una nueva perspectiva: «disfrutándolo bien, sin agobios”, reafirma.
DCN/Agencias