Nuestra participación como docente invitado de las maestrías en gerencia educativa y supervisión educativa de la Universidad Rafael Urdaneta en sus intensas jornadas sabatinas, obliga hacer una reflexión sobre el rol del maestro y su importancia como agente promotor del conocimiento y del cambio, después de intercambiar con más de mil docentes de todos los municipios del Estado Zulia, con los cuales he tenido la suerte de ser socio de aprendizaje.
Uno de los aspectos más importantes a considerar en el docente como agente de cambio, es el desarrollo profesional .Al docente es necesario integrarlo al sistema educativo mediante una motivación adecuada para que su trabajo sea eficaz, es decir, valorando su esfuerzo, dándole seguridad en la tarea que desempeña, generando las oportunidades de formación y específicamente brindándole apoyo para que desarrolle sus competencias genéricas, gerenciales, técnicas, pedagógicas, sociales y sobre todo descubrir su potencial.
Así mismo , el desarrollo profesional del docente debe ser permanente y continuo, de tal manera que se adecue con el mundo cambiante, lo cual demanda un docente en mejora continua, que significa un líder educativo en actualización permanente y su rápido regreso a las instituciones de capacitación y desarrollo una y otra vez, por cuanto el desarrollo acelerado de la ciencia y la tecnología hacen que se cumpla la premisa de Peter Drucker que indicó “El conocimiento avanzado de hoy es la ignorancia de mañana”. El cambio como constante de la sociedad del conocimiento compromete al docente a ser adaptable, flexible y abrazar con pasión la innovación como reto cotidiano.
La formación permanente del docente, hoy es unos de los desafíos de cara al futuro cercano, no es posible hacer carrera en el sistema educativo solo con la formación básica, bachillerato y universitaria, es necesario generar una cultura de autoformación mas allá de la queja por los bajos salarios, el perfeccionamiento debe ser la norma obligatoria y el compromiso ético con el ejercicio de la docencia, y no una acción esporádica y poco sistemática. La responsabilidad moral del docente con sus estudiantes, colegas, directivos y su comunidad, implica asumir su actualización y la labor de difundir valores, ideas, principios de convivencia y tolerancia social.
Ahora el rescate de la reputación social del Maestro, es realmente un desafío tan retador como el anterior y su primer paso para alcanzar el estatus que merece el trabajador de la educación, es lograr la aplicación del principio de equidad retributiva que se fundamenta en el estudio de la correlación del valor cargo de docente y la remuneración suficiente que merece el ejercicio de la formación educativa de los niños y adolecentes de la nación, es necesario sensibilizar al gobierno nacional y los gobiernos regionales para que estudie las posibilidades de establecer una compensación salarial dinámica que comprenda un valor monetario significativo que mejore la capacidad adquisitiva del docente y que intrínsecamente eleve su valor moral y nivel de vida.
En tal sentido, la utilización de sistemas de retribución salarial desfasados que se ofrece en el mercado del trabajo docente, no permite alcanzar un nivel digno y humano del maestro , el entorno económico venezolano caracterizado por una inflación de tres dígitos (500% esperada en 2016) que erosiona salarios y contrataciones colectivas, hoy compromete al liderazgo político a sumarse al reconocimiento de la importancia estratégica del sistema educativo , sin educación de calidad no hay chance de lograr el desarrollo sostenible y para obtener calidad educativa es vital que se tenga docentes de primera , capacitados, motivados y bien remunerados .
Para provocar un cambio en la percepción del docente, en su valoración, responsabilidades y exigencias es inaplazable establecer una estructura salarial equitativa y competitiva para los trabajadores de la docencia en todos sus niveles y modalidades, en concreto se deben fijar salarios atractivos e incentivos que fortalezcan el poder adquisitivo y la calidad de vida de estos, como por ejemplo, hoy día en Venezuela el salario mínimo de un docente debería ubicarse en no menos de 10 salarios mínimos , tomando en cuenta consideraciones de tipo externa y por supuesto las consideraciones individuales del caso .
El gobierno nacional tiene la palabra y debería construir la viabilidad presupuestaria y financiera para hacer estos ajustes salariales lo antes posible , con el firme propósito de frenar la estampida o la fuga del capital humano hacia otros países vecinos que ofrecen mejores salarios en moneda extranjera , seguramente se argumentara que estos momentos los ingresos petroleros están por debajo de lo presupuestado ,justamente en las crisis, en la reducción de ingresos se debe trabajar en la optimización de los recursos y hacer inversiones realmente estratégicas , como lo es la retención del talento humano especializado que requiere el sistema educativo nacional .
DC / Egno Chávez / Sociólogo (Luz), Mg. en Gerencia (Luz), Docente Titular de FCES LUZ / @egnochavez