El cuerpo sin vida y en estado descomposición de un joven vigilante, de quien no se sabía su paradero desde el martes 29 de septiembre, día en que -aseguró su padre- fue secuestrado y luego asesinado por un grupo de azotes de barrio de Lobatera, donde el muchacho estaba viviendo.
El cadáver de David Alejandro Mendoza Caro, de 19 años de edad, quien trabajaba en una urbanización de la zona industrial como vigilante de una empresa privada de seguridad, fue localizado por familiares y por un grupo de mineros que apoyaron la búsqueda del joven, a tempranas horas de la mañana.
Se dijo que el pozo donde los asesinos arrojaron el cadáver de David Alejandro tiene una profundidad mayor a los 10 metros y un diámetro cercano a los dos metros. Su familia no desfalleció en su búsqueda, que se extendió por casi una semana, hasta que finalmente hicieron el hallazgo del cuerpo en el sector Los Pinos, Boca de Monte.
Destacó el padre de la víctima la colaboración de los mineros de Lobatera, que como baquianos de la zona los condujeron hasta los más remotos lugares en busca del muchacho. Dijo el afligido hombre que la mañana del lunes les llamó la atención un fuerte olor y que una parte del terreno había sido removido recientemente, llevándolos hasta el pozo donde, minutos después, hallaron el cuerpo del muchacho.
A los asesinos no les bastó con echarlo al pozo, encima le arrojaron piedras, tierra y escombros, para evitar que fuera descubierto; sin embargo, alcanzaba a sobresalir un pie, cuyo zapato que calzaba apenas fue visto por uno de los hermanos y no le quedó duda de que se trataba de David Alejandro. Posteriormente fue notificado el Cicpc, cuyos funcionarios se trasladaron hasta el sitio y se encargaron de extraer y llevar el cadáver hasta la morgue del Cementerio Municipal de San Cristóbal.
En relación a los momentos que precedieron la muerte del joven vigilante, el padre echó por tierra una cantidad de especulaciones que se hicieron públicas; explicó que su hijo “fue secuestrado por unos azotes de barrio, el martes 29 de septiembre, entre las 9:30 y 10 de la noche, se lo llevaron del frente de su casa, en una invasión de Los Pinos, sector Las Minas, donde tenía poco tiempo viviendo con su esposa”, explicó.
Las investigaciones del Cicpc arrojaron que estos delincuentes se llevaron al muchacho a unos dos kilómetros, y luego se hicieron presentes otros criminales, uno de los cuales portaba un arma de fuego y que, de manera cobarde, disparó en una oportunidad contra David Alejandro, causándole la muerte casi de manera instantánea, pues el tiro fue en la cabeza.
Posteriormente habrían optado por deshacerse del cadáver, lanzándolo al profundo pozo.
Agregó el padre que su hijo no tenía problemas de naturaleza alguna, y que lo que se maneja hasta el momento, como móvil, fue una rencilla que parecía sin importancia, que recientemente se suscitó con ese grupo de delincuentes, por lo que decidieron tomar venganza con David.
“Son unos asesinos, unos delincuentes de esa zona que no deben estar libres. Como padre, lo que exijo es justicia, que la muerte de mi hijo no quede impune”, pidió.
Por el homicidio de Mendoza Caro figuran al menos cinco delincuentes, entre ellos dos hermanos, conocidos con los alias de Tata y el Caracas, de 21 y 24 años de edad, entre los que se encontraría el autor material; así como el Loco Manuel, que aseguran se encuentra “enconchado” en Las Malvinas, de El Abejal de Palmira; y Andry y Yeison, los que se llevaron por la fuerza al muchacho hasta ese apartado lugar, a unos dos kilómetros de su casa, donde le quitaron la vida.
DC/Lanacionweb