Pagos de deuda de naciones en desarrollo alcanzan cifra histórica en medio siglo
Entre 2022 y 2024, los países en desarrollo incurrieron en un gasto adicional de 741.000 millones de dólares en capital e intereses de deuda externa, superando el financiamiento que recibieron, según el International Debt Report del Banco Mundial. Este es el mayor desfase registrado en medio siglo.
A pesar de la presión económica, varios países experimentaron un alivio en 2024 gracias al aumento en los mercados de bonos y a la estabilización de las tasas de interés. De este modo, se logró reestructurar 90.000 millones de dólares de deuda externa, la cifra más alta desde 2010, además de recibir 80.000 millones de dólares en financiamiento neto por parte de inversionistas en bonos. No obstante, las tasas de interés rondaron el 10%, el doble que antes de 2020.
El saldo total de deuda externa de las economías de ingresos bajos y medios alcanzó un récord de 8,9 billones de dólares en 2024. De esta suma, 1,2 billones corresponden a los 78 países más pobres que reciben apoyo de la Asociación Internacional de Fomento (AIF).
El informe del Banco Mundial señala que la carga de la deuda impacta directamente en la vida diaria. En 22 países altamente endeudados, donde la deuda externa supera el 200% de los ingresos por exportaciones, más de la mitad de la población no puede cubrir su dieta mínima diaria. En 18 de esos países, todos elegibles para financiamiento de la AIF, casi dos tercios de los habitantes enfrentan dificultades similares.
Por su parte, el Banco Mundial se ha posicionado como la principal fuente de financiamiento de bajo costo, contribuyendo con 18.300 millones de dólares, además de 7.500 millones en donaciones. En contraste, los acreedores bilaterales oficiales han reducido su participación, aunque algunos lograron recortes significativos en la deuda.
Ante la escasez de recursos externos, muchos países recurrieron a sus mercados financieros locales, llevando a un crecimiento más rápido de la deuda pública interna en comparación con la externa. Sin embargo, esto presenta riesgos, ya que los bancos tenderán a acumular bonos gubernamentales en lugar de prestar al sector privado.
DCN/Agencias
