
El canciller Yván Gil, en representación del presidente Nicolás Maduro, hizo un llamado a la comunidad internacional durante la 30.° Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), que se realiza en Belém, Brasil. En su intervención, destacó la necesidad de terminar con la hipocresía y los “tecnicismos vacíos” que han obstaculizado respuestas efectivas ante el cambio climático.
Gil enfatizó que el mundo actualmente ya no está enfrentando una amenaza futura, sino que está viviendo un colapso ambiental. Afirmó que fenómenos como el aumento de las temperaturas, la desertificación, el deshielo y los incendios forestales son consecuencias directas del «modelo capitalista salvaje» y el «imperialismo voraz» que continuan saqueando los recursos naturales del planeta.
Además, advirtió sobre las contradicciones de las potencias occidentales que, mientras promueven la “transición energética”, excluyen a los países del Sur Global de su derecho al desarrollo. Gil señaló que este enfoque no busca una sostenibilidad genuina, sino que representa una nueva forma de dominación.
Criticó también a las corporaciones transnacionales que operan como “potencias paralelas” y que ignoran el derecho internacional, citando el caso de ExxonMobil, que está explotando recursos en un «mar no delimitado», sin respeto por la soberanía ni la justicia internacional. Estas acciones, respaldadas por gobiernos aliados a intereses corporativos, ponen en riesgo la estabilidad política y ambiental de América Latina y el Caribe.
El titular de Relaciones Exteriores denunció que los fondos internacionales para la mitigación climática no llegan a quienes más los necesitan, evidenciando así el fracaso del sistema ambiental multilateral. Mencionó que, desde conferencias como las de Estocolmo en 1972 o París, se han hecho promesas que han quedado sin cumplir, provocando más pobreza, desigualdad y conflictos por recursos naturales.
En contraposición a esta pasividad, Gil resaltó la solidaridad de Venezuela y de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP) en respuesta a emergencias climáticas en el Caribe, recordando la asistencia humanitaria brindada a países como Jamaica y Cuba.
Reivindicó el programa Petrocaribe como un modelo energético solidario que ha sido atacado por sanciones estadounidenses. Finalmente, hizo un llamado a construir una transición energética justa y soberana, fundamentada en la cooperación Sur-Sur y la justicia climática, citando a Hugo Chávez en su visión de una Tierra llena de vida y paz.
DCN/Agencias