Un hombre intenta devorar una hamburguesa gigante de un solo bocado, pero su hazaña termina en desastre, y solo un milagro puede rescatarlo en esta increíble historia de valentía y locura
Titular: Griego casi muere al intentar tragarse hamburguesa entera en una broma
Un joven de 22 años vivió un momento crítico en su vida después de intentar tragarse una hamburguesa entera de un solo bocado como parte de una broma con sus amigos. El incidente ocurrió el 12 de noviembre en un restaurante de comida rápida en Koropi, una localidad situada a unos 15 kilómetros al sureste de Atenas, según reportes del medio griego Kathimeriní.
El joven, conocido por su espíritu juguetón, no imaginaba que esta broma lo llevaría al borde de la asfixia. Tras intentar devorar la hamburguesa sin masticar, se atragantó y empezó a sufrir una obstrucción en las vías respiratorias, lo que desató el pánico en el lugar.
Un amigo que presenció la escena relató al canal MEGA TV cómo comenzó el caos. "Empezó a golpearse la espalda contra un pilar, tratando desesperadamente de liberarse. Pensamos que iba a escupir la comida, pero no lo logró", comentó. El amigo agregó que, ante la situación, uno de ellos, que es socorrista, junto con otro compañero experto en navegación, se lanzaron a socorrerlo.
A medida que la angustia aumentaba, el joven continuó luchando por su vida. Su situación era tan grave que sus amigos comprendieron la seriedad del momento cuando lo vieron caer en un ataque de pánico, lo que les llevó a actuar rápidamente. Intentaron realizar maniobras de primeros auxilios en un intento por ayudarlo.
Por fortuna, la intervención de sus amigos fue clave. Gracias a su rápida reacción, lograron estabilizarlo antes de que llegara ayuda médica. Este evento resalta no solo los riesgos de las “bromas” imprudentes, sino también la importancia de la amistad y la solidaridad en momentos críticos.
En un mundo donde las tendencias virales pueden llevar a situaciones insólitas, este incidente nos recuerda que la diversión nunca debe poner en riesgo la vida. La moraleja es clara: ¡Siempre hay que masticar antes de tragar!
DCN/Agencias
