Trump intensifica su presión sobre Maduro al mismo tiempo que sugiere la posibilidad de diálogo en una estrategia que podría buscar debilitar al gobierno
La política de Estados Unidos hacia Venezuela ha mostrado señales contradictorias en los últimos días. Desde Florida, el presidente Donald Trump declaró que Washington “podría estar teniendo algunas discusiones” con Nicolás Maduro, añadiendo que Caracas “quiere hablar”. Sin embargo, no brindó detalles adicionales.
Sus comentarios vienen acompañados de una intensificación de la presión militar y diplomática sobre el gobierno venezolano. Horas antes, el Departamento de Estado anunció que se designará al llamado Cartel de los Soles, señalado por vínculos con el narcotráfico y que, según el gobierno estadounidense, es “encabezado por Maduro y altos funcionarios de su gobierno”, como una organización terrorista extranjera. Esto restringe transacciones financieras y abre la posibilidad de sanciones adicionales.
Este fin de semana, la Marina estadounidense confirmaba la llegada del portaaviones USS Gerald R. Ford al Caribe, junto a otros barcos y aviones. Este despliegue, que reúne cerca de 15.000 soldados y marinos en la región, representa el mayor contingente en décadas y se vincula a ejercicios militares en Trinidad y Tobago.
En respuesta, Maduro ordenó a las fuerzas armadas que estén en “alerta máxima” y acusó a Washington de intentar repetir guerras anteriores. Mientras tanto, se han reportado indicios de que Caracas está dispuesta a ofrecer condiciones favorables a empresas estadounidenses para acceder a su petróleo.
En su programa semanal, Maduro enfatizó que la comunicación entre ambas naciones debería basarse en el respeto al derecho internacional y insistió en que “el diálogo” es el único camino viable. Reiteró que Venezuela está abierta a conversar con cualquier representante del gobierno estadounidense.
DCN/Agencias
