Tragedia en las alturas: Adolescente pierde la vida por asfixia accidental durante una sesión de acrotela.
Una adolescente falleció por asfixia accidental durante una práctica de acrotela en un centro cultural de Mérida, lo que ha impactado a la comunidad deportiva y artística de la localidad.
El incidente ocurrió en el Centro Cultural Fundación Andina de Yoga (FAY), situado en la avenida 3, entre calles 21 y 22. La víctima, identificada como Mía Isabel Ramírez Reyes, de 16 años, estaba participando en una sesión regular de acrotela, una disciplina que combina fuerza y maniobras aéreas en telas.
Informes preliminares indican que la joven quedó atrapada de manera incorrecta entre las telas mientras intentaba realizar un movimiento, lo que provocó una asfixia mecánica. El personal presente intentó asistirme de inmediato, pero la situación resultó irreversible.
Comisiones del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) llegaron al lugar poco después del accidente. Los funcionarios iniciaron las experticias técnicas para reconstruir los momentos previos al incidente y evaluar las condiciones de seguridad del espacio. Actuaron entrevistando a testigos y revisando el área de entrenamiento para recopilar información sobre la dinámica de la práctica.
Aunque la causa preliminar indica que se trató de un accidente, las autoridades continúan con una investigación exhaustiva para esclarecer todos los detalles. La comunidad, incluyendo instructores, alumnos y familiares, ha expresado su conmoción ante la tragedia. La acrotela ha tenido un aumento en popularidad entre jóvenes en Mérida, lo que hace que la pérdida sea aún más sentida.
Hasta el momento, no se ha confirmado si la joven tenía el equipo adecuado ni si había supervisión directa durante la práctica del día. Además, no se han emitido pronunciamientos oficiales por parte del centro cultural.
El Cicpc continuará con sus análisis y entrevistas a los instructores y estudiantes presentes durante la sesión, además de evaluar posibles fallas en los protocolos de seguridad del establecimiento. La comunidad merideña permanece vigilante ante los avances del caso, marcado por la repentina pérdida de una joven que disfrutaba de su pasatiempo favorito.
DCN/Agencias
