Pescadores venezolanos enfrentan miedo y crisis tras los ataques de EE. UU. en el Caribe

Güiria y Cumaná: Dinámicas económicas afectadas por acciones navales de EE. UU.

Güiria y Cumaná, dos localidades pesqueras del estado Sucre, están a solo 262 kilómetros de distancia, pero la percepción de seguridad y sus economías se han visto impactadas de manera diferente tras la reciente movilización naval de Estados Unidos en el Caribe.

Desde el 2 de septiembre, cuando EE. UU. llevó a cabo un ataque a una embarcación en el mar Caribe bajo el argumento de combatir el narcotráfico, Güiria ha sentido las repercusiones en su actividad económica. Fuentes no confirmadas indican que al menos tres de los once fallecidos en la explosión eran de esta comunidad. La paralización de la actividad comercial informal, que incluye la venta de alimentos y ropa, es evidente, ya que muchos lugareños temen salir en lanchas hacia Trinidad y Tobago, lo que ha reducido significativamente el ingreso de divisas.

“Ya no están saliendo embarcaciones, ni para migrantes. Hay miedo de que ocurra otra explosión”, expresó un comerciante que prefirió mantenerse en el anonimato. Este parón en la actividad marítima es inédito, pues incluso tras un naufragio en diciembre de 2020 que dejó 33 muertos, la navegación continuó.

Tras el ataque de septiembre, ha aumentado la presencia de fuerzas policiales y militares en Güiria. Testigos han reportado la identificación de funcionarios en ropa civil. Se habla de que entre quince y veinte de las víctimas de los ataques estadounidense provienen de Güiria y áreas cercanas, pero muchos evitan comentar por temor a represalias.

Por otro lado, numerosos lancheros participaron en ejercicios militares realizados por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) como respuesta a las acciones de EE. UU., que también incluyen recientes maniobras con Trinidad y Tobago, rechazadas por el gobierno venezolano.

El 13 de septiembre, el canciller Yván Gil denunció que un “destructor” estadounidense abordó una embarcación con pescadores en aguas venezolanas, a 48 millas de La Blanquilla.

Aunque el Gobierno proporciona combustible subsidiado a los lancheros, solo lo hace una vez cada mes y medio, y la cantidad es limitada. Esto ha llevado a los pescadores a comprar gasolina a precios dolarizados y modificar sus prácticas para ahorrar combustible, buscando especies más costosas como atún y langosta en días de pesca favorables.

DCN/Agencias

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