
La menstruación, a pesar de los avances en la comprensión y aceptación social, sigue siendo un tema envuelto en tabúes que impactan seriamente el bienestar emocional y la salud de las mujeres. Un estudio reciente realizado por el Instituto Ingenio, que involucra al CSIC y la Universitat Politècnica de València, revela que la invisibilidad del ciclo menstrual en entornos educativos, culturales y sanitarios contribuye a la vulneración y estigmatización de las mujeres.
La investigación, publicada en el Journal for Equity in Health, incluyó a más de 4.000 mujeres mayores de 14 años. Solo el 60% de ellas considera la regla como algo normal. Este estigma, que trasciende el silencio, actúa como un mecanismo de control que minimiza la credibilidad y las capacidades femeninas. Expresiones como "tiene la regla" se utilizan para desestimar opiniones y argumentos, ligando la lógica femenina a su biología, lo que socava su voz en discusiones tanto públicas como privadas.
El análisis de Dani Barrington, de la Universidad de Australia Occidental, indica que este silencio frena el acceso a productos de higiene menstrual y complica diagnósticos médicos adecuados, al perpetuar mitos a través de la falta de información confiable.
Uno de los hallazgos más reveladores es la experiencia de la menarquía, o primera menstruación. Muchas mujeres asociaron este evento con la sexualización y nuevas expectativas sociales, generando sentimientos de inseguridad y vulnerabilidad. En este contexto, el proceso biológico se transforma en un rito de paso cargado de ansiedad. Sin embargo, se destaca que recibir información clara y práctica durante la primera menstruación ayuda a normalizar el tema y a empoderar a las mujeres para hablar de su experiencia.
La investigadora principal, Sara Sánchez-López, señala que la reproducción de estos estigmas es un fenómeno colectivo, aunque los medios de comunicación y la publicidad juegan un papel relevante en ello. La menstruación prácticamente no se muestra en series, películas o libros, lo que refuerza su invisibilidad. La publicidad fue particularmente criticada, pues presenta imágenes distorsionadas de la realidad, usando fluidos azules en lugar de rojos y mostrando a mujeres siempre radiantes y alegres.
Irónicamente, las mujeres postmenopáusicas reportan una mayor aceptación social, posiblemente debido a su experiencia y la comparación con períodos anteriores de absoluto silencio frente al tema.
DCN/Agencias