
El ejército de Estados Unidos realizó un ataque el martes contra una embarcación sospechosa de narcotráfico en el mar Caribe, según un funcionario del Pentágono informado por CBS News. En el ataque, murieron cuatro personas que se encontraban a bordo del barco.
Desde septiembre, las fuerzas estadounidenses han llevado a cabo 20 ataques, destruyendo al menos 21 embarcaciones y resultando en la muerte de al menos 80 personas. La administración de Trump ha señalado que estas acciones son parte de una ofensiva antidrogas, aunque los detalles específicos sobre cada ataque son limitados.
El Pentágono no ha proporcionado más información sobre este último ataque. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, ha declarado que los objetivos son «narcoterroristas» en rutas de narcotráfico, aunque las autoridades estadounidenses no han presentado pruebas claras que demuestren que estas embarcaciones estaban involucradas en actividades ilegales o constituían una amenaza para EE. UU.
Expertos en derecho internacional han expresado preocupaciones sobre la legalidad de estos ataques. Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, pidió una investigación sobre la legalidad de las operaciones y mencionó «fuertes indicios» de «ejecuciones extrajudiciales».
Este ataque se lleva a cabo en medio de un aumento de la presencia militar estadounidense en la región. El Departamento de Defensa anunció que el portaaviones USS Gerald Ford, el más grande y avanzado del mundo, ha ingresado a la zona de responsabilidad del Comando Sur, que incluye el Caribe, junto con otros buques de guerra.
El contexto de estos eventos refleja una estrategia de EE. UU. para intensificar su respuesta frente al narcotráfico en aguas internacionales, aunque las implicaciones legales y humanitarias de estas acciones siguen siendo objeto de debate.
DCN/Agencias