Cae el velo del tiempo: esclarecen un brutal caso de violación y asesinato de hace 60 años
Esta semana, las autoridades estadounidenses dieron un paso crucial en uno de los casos más perturbadores de Pensilvania. Identificaron a William Schrader como el agresor detrás del horrendo crimen que le costó la vida a Carol Ann Dougherty, una niña de apenas 9 años.
Este trágico suceso ocurrió el 22 de octubre de 1962, dentro de la Iglesia Católica de San Marcos en Bristol, donde la pequeña fue vista por última vez montando su bicicleta, camino a devolver unos libros a la biblioteca y luego deteniéndose a rezar. Su padre la encontró más tarde en el ático de la iglesia, golpeada y sin vida. Aunque Schrader, un soldado dado de baja deshonrosamente y un delincuente sexual en serie, fue considerado un sospechoso desde el principio, la falta de pruebas contundentes impidió que se le imputaran cargos en ese entonces.
El caso fue reabierto gracias a una confesión realizada por el hijastro de Schrader, Robert LeBlanc, quien reveló que antes de fallecer en 2002, su padrastro había admitido haber cometido el asesinato. Esta confesión fue corroborada por evidencia de ADN, específicamente un cabello encontrado en la mano de Carol Ann, según comentó la fiscal del distrito del Condado de Bucks, Jen Schorn. Un gran jurado determinó que Schrader fue el único responsable de este atroz crimen.
Aunque William Schrader falleció en 2002, este descubrimiento ha permitido no solo hacer justicia por la vida de Carol Ann, sino también destaca una serie de delitos espeluznantes cometidos por Schrader a lo largo de su vida. Tras el asesinato, se mudó a Luisiana y continuó perpetrando actos violentos, incluyendo el abuso de hijas con discapacidad de su esposa y de niños de acogida. En el momento de su muerte, cumplía una condena de 21 años por homicidio involuntario y un incendio provocado que resultó en la muerte de una de las niñas de acogida.
El caso de Carol Ann ha dejado una marca imborrable en la comunidad, y ahora, con la verdad finalmente revelada, se espera que la familia de la niña pueda encontrar algo de paz.
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DCN/Agencias
