El gobierno de Bolivia comunicó este martes su propósito de suprimir los impuestos a las grandes fortunas y a las transacciones financieras, como parte de un plan destinado a incentivar la inversión y reducir la informalidad en el país. Estas medidas necesitan la aprobación del Congreso para poder llevarse a cabo.
El ministro de Economía, José Gabriel Espinoza, señaló que estos tributos “han generado contradicciones y problemas en el ámbito de negocios” y que representan “menos del 1 % de la recaudación fiscal”, provocando efectos adversos sobre la inversión. Espinoza argumentó que la eliminación de los impuestos tiene como objetivo frenar la fuga de capitales y atraer inversiones, especialmente del exterior.
El plan incluye la derogación del impuesto a las grandes fortunas, visto como un desincentivo para los inversores, así como el impuesto a las transacciones financieras, que grava las operaciones bancarias y pagos electrónicos.
Espinoza enfatizó que estas decisiones son parte de un esfuerzo más amplio para dinamizar la economía, impulsar la formalización de negocios y generar mayor confianza en los mercados.
Según analistas locales, Bolivia ha tenido dificultades en años recientes para captar capital privado, en parte por la carga fiscal sobre ciertos sectores clave. La eliminación de estos impuestos se interpreta como un intento de aumentar la competitividad del país en la región.
El Congreso boliviano deberá discutir y aprobar estas modificaciones antes de su implementación, un proceso que podría extenderse hasta principios de 2026, de acuerdo con los plazos legislativos previstos por las autoridades.
Con información de Reuters.
DCN/Agencias