
El Gobierno de Venezuela rechazó este viernes las sanciones impuestas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos al presidente colombiano, Gustavo Petro. Según el Ejecutivo venezolano, estas medidas buscan «criminalizarlo» y generar una «desestabilización interna» en Colombia como parte de una «estrategia de injerencia».
Además de Petro, también fueron sancionados su esposa, Verónica Alcocer, su hijo Nicolás Petro y el ministro del Interior, Armando Benedetti. Las autoridades venezolanas calificaron estas acciones como «ilegales, ilegítimas y de carácter neocolonial», argumentando que violan el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas.
Venezuela exigió a través de un comunicado el cese inmediato de estas «prácticas coercitivas» y convocó a los gobiernos y pueblos de América Latina y el Caribe a defender la soberanía y dignidad de la región frente a cualquier tipo de injerencia.
Los sancionados fueron incluidos en la lista de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), lo que implica que sus activos en Estados Unidos quedan bloqueados y se prohíbe cualquier transacción comercial con ellos.
Por su parte, el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, afirmó que desde la llegada de Petro al poder, la producción de cocaína en Colombia ha aumentado significativamente, describiendo esta situación como un problema creciente que afecta a Estados Unidos. Bessent acusó a Petro de permitir el crecimiento de los carteles de la droga y de no tomar medidas adecuadas para detener esta problemática.
Venezuela, en contraste, afirmó que Petro es el «único mandatario colombiano que ha enfrentado directamente al narcotráfico y a sus conexiones con mafias políticas».
DCN/Agencias