La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha reiterado que no planea aumentar impuestos para reducir el déficit fiscal. Sin embargo, el presupuesto de 2026, respaldado por su partido Morena y aprobado recientemente por la Cámara de Diputados, incluye nuevos gravámenes que buscan aumentar los ingresos del Estado.
Según un análisis del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), estos cambios fiscales podrían generar 137.000 millones de pesos adicionales (alrededor de 7.400 millones de dólares). Las nuevas tasas afectan principalmente a refrescos, cigarrillos, apuestas y videojuegos violentos. Sheinbaum defiende estas medidas como parte de una estrategia de salud pública, resaltando la importancia de prevenir el consumo de productos nocivos. Sin embargo, tanto la oposición como algunos sectores del oficialismo señalan que estas acciones contradicen su promesa de no crear nuevos impuestos.
El Senado, también dominado por Morena, probablemente apruebe sin obstáculos este paquete, aunque los impuestos “al pecado” generan preocupación, ya que tienden a impactar más a los hogares de bajos ingresos, un sector relevante para el apoyo de Sheinbaum.
Entre los ajustes más destacados se encuentra un aumento del impuesto a las bebidas azucaradas, que pasará de 1,60 a 3,08 pesos por litro, un incremento del 90%. Se estima que esta medida recaudará 75.000 millones de pesos en 2026. La industria de bebidas ha manifestado que el impacto será significativo, con la probable necesidad de elevar precios.
El nuevo paquete también incluye un aumento del impuesto sobre ganancias de apuestas, un gravamen del 8% a videojuegos violentos, y un aumento gradual al impuesto al tabaco. Además, se establecerá un nuevo impuesto del 10,5% sobre ventas en plataformas digitales, afectando a pequeñas y medianas empresas. A pesar de estos cambios, el déficit fiscal se mantendría en torno al 4,1% del PIB, similar al de 2025.
DCN/Agencias