
La NBA está atónita tras el escándalo de apuestas ilegales y manipulación de partidos que llevó a cabo una investigación del FBI. Al menos 30 personas, incluidos jugadores y entrenadores de la liga, han sido detenidas en una red que amenaza la integridad del baloncesto profesional.
Shaquille O’Neal, una leyenda del deporte, expresó su vergüenza al comentar sobre el caso. «No puedo creer que esto haya sucedido. Es una traición para sus familias y sus carreras», dijo. De igual manera, Doc Rivers, coach de los Milwaukee Bucks, manifestó su preocupación por cómo las apuestas han influido en la competición.
El comisionado de la NBA, Adam Silver, se mostró “profundamente perturbado” por lo sucedido, enfatizando que la integridad del juego es lo más importante para la liga y sus seguidores. Entre los detenidos destacan Chauncey Billups, exjugador y entrenador de los Portland Trail Blazers hasta hace poco, así como su asistente, Damon Jones, quienes se involucraron en una red clandestina de póker conectada a la mafia.
Esta investigación, apodada «Escalera Real», revela que ambos habían estado operando un juego de póker adulterado durante cinco años, atrayendo a potenciales víctimas como participantes de ‘lujo’. Además, el FBI arrestó a Terry Rozier, base de los Miami Heat, en relación con otro escándalo de apuestas ilegales, utilizando información privilegiada.
Las familias mafiosas italianas, como los Bonanno y Gambino, están en el centro de este entramado. Se ha descubierto que empleaban tecnología avanzada, incluyendo mezcladores de cartas y gafas de rayos X, para manipular los resultados de los juegos de póker.
La situación es alarmante y plantea serias preguntas sobre cómo las apuestas han penetrado en el mundo del baloncesto. La NBA no solo enfrenta un desafío legal, sino una crisis de confianza que afectará su reputación en el futuro cercano. La comunidad deportiva está en vilo, esperando cómo se desarrollarán los acontecimientos.
Las palabras de O’Neal y Rivers son un recordatorio de que la esencia del deporte está en juego, y que la lucha por la integridad del baloncesto jamás debe detenerse.
DCN/Agencias