¡La Habana vibra al ritmo del legado de la reina de la salsa! En un emotivo acto en la majestuosa Basílica de La Caridad, la ciudad se detuvo para celebrar el centenario de la inolvidable Celia Cruz. Aquel altar se convirtió en un templo de recuerdos y música, donde el eco del famoso grito “¡Azúcar!” resonó como un poderoso homenaje a su indiscutible influencia en el mundo de la música.
El carismático padre Ariel Suárez tomó la palabra y, con fervor, resaltó a Celia como la embajadora por excelencia de la música cubana, un símbolo que sigue iluminando el alma de la diáspora. Entre los presentes, artistas de renombre como Haila María Monpie y Alaín Pérez, así como el encargado de negocios estadounidense, Mike Hammer, se unieron a este tributo inolvidable.
Sin embargo, la celebración no estuvo exenta de controversia. Horas antes del evento, se anunció la cancelación de un homenaje teatral por parte del grupo El Público, programado para llevarse a cabo en la Fábrica de Arte Cubano. Las razones detrás de esta decisión del Centro Nacional de Música Popular siguen siendo un misterio, y artistas y musicólogos han denunciado la medida como una censura que oscurece el brillo de la memoria de Cruz.
Nacida en la brillante Habana de 1925, Celia Cruz se vio obligada a dejar su hogar en 1960, pero jamás olvidó sus raíces. Su música, cargada de pasión y esperanza, la catapultó al estrellato mundial, convirtiéndola en un símbolo de libertad y resistencia. Su legado, inquebrantable, continúa moviendo corazones y pies en todo el mundo.
Así que, mientras algunos intentan silenciar el eco de su voz, La Habana se levanta para rendir homenaje a la reina. En este centenario, más que nunca, el espíritu de Celia Cruz sigue danzando en cada rincón, recordándonos que su música jamás morirá. ¡Viva la salsa, viva Celia!
DCN/Equipo de Farándula