¡Revelamos el misterio! ¿Por qué los nuevos cantantes latinos eligen nombres tan inusuales?

En la actualidad, los artistas latinos están revolucionando no solo la música, sino también su imagen visual. Con nombres complicados, tipografías juguetonas y una mezcla de idiomas, buscan destacarse en un mar de propuestas digitales. Esta tendencia va más allá de un llamado de atención en redes; se trata de construir una marca memorable.

Desde Pedro Infante hasta José José, la tradición de adoptar nombres artísticos no es nueva. Figuras como Juan Gabriel o Chayanne, cuyo verdadero nombre es Elmer Figueroa, buscan dejar una huella que perdure en el recuerdo del público. En el ámbito del hip-hop, artistas como Don Omar y Daddy Yankee se inspiraron en el concepto de ‘alter ego’, creando identidades que resonaran en el público.

Hoy en día, el talento ya no es suficiente. Según expertos del sector, los nombres artísticos deben ser únicos, ya que la competencia es feroz. “La manera en que los nuevos artistas conectan principalmente con un público joven es a través de las redes”, explica Andrea Ramírez, presidenta de Andrea Ramírez PR. “Tienen que tener nombres y gráficos impactantes que los ayuden a ser fácilmente identificables por los algoritmos”.

Los cambios de nombre también son una estrategia común. Michael Torres se convirtió en Myke Towers, mientras que Raúl Alejandro optó por Rauw Alejandro. Algunos, como Feid y CA7RIEL, eligen combinaciones que juegan con el idioma, como el sonido de la palabra “faith” o la mezcla de letras y números.

Bad Bunny se ha convertido en un ícono de la creatividad, usando mayúsculas y minúsculas de manera distintiva en sus títulos y letras. La venezolana Corina Smith se destaca por no usar mayúsculas en sus comunicaciones, reforzando una imagen auténtica y moderna.

El color también juega un rol importante. Karol G ha adoptado un vibrante tono naranja, mientras que Feid sorprendió al convertirse en el primer latino con su propio color Pantone. Adri Torrón, que lanzará su disco ‘REDSTAR’, ha centrado su identidad visual en el rojo, asegurando que cada elemento esté alineado con su mensaje artístico.

Sin embargo, hay que tener cuidado. Un nombre extravagante puede generar interés inmediato, pero también puede resultar difícil de recordar. “Lo esencial es encontrar un equilibrio”, concluye Ramírez. Así, los artistas deben definir sus metas y mantenerse fieles a su esencia mientras navegan por este complejo mundo visual.

DCN/Equipo de Farándula

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