Medicamentos para la hipertensión: ¿Cuál es su impacto en la libido?

Claro, aquí tienes el artículo reescrito en un estilo más acorde con el dialecto venezolano:


El tratamiento para la hipertensión arterial, que afecta a millones, puede tener efectos no deseados en la vida sexual de los pacientes. Según Manuel Anguita, vocero de la Sociedad Española de Cardiología, algunos medicamentos hipotensores pueden llevar a la disfunción eréctil y a una disminución de la libido en mujeres.

Aunque la mayoría de las personas tolera bien la medicación, existe un riesgo, que es más notable en algunos tipos de fármacos. En particular, los betabloqueantes son los que más inciden en el deseo sexual. Anguita señala que estos medicamentos bloquean los receptores de catecolamina, lo que puede resultar en fatiga y menos energía, afectando así el interés sexual.

Por esta razón, las guías sobre la hipertensión han dejado de considerar a los betabloqueantes como la primera opción para tratar la hipertensión. Su uso se ha limitado a casos más severos, como angina de pecho o insuficiencia cardíaca.

Otro grupo de medicamentos que puede causar una ligera disminución en el deseo sexual son los diuréticos, que a menudo se prescriben como primera línea en la hipertensión. Sin embargo, su efecto es leve y al ser usados en dosis bajas, el riesgo es considerado bajo. En el caso de otros antihipertensivos, Anguita indica que el riesgo de disfunción eréctil es bastante bajo.

Si un paciente percibe que el medicamento le está afectando el deseo sexual, lo ideal es consultar al médico para evaluar un cambio de fármaco. En situaciones donde la presión arterial está controlada con una dosis alta, se puede considerar una reducción de la misma para observar cualquier cambio.

Es importante recalcar que la hipertensión en sí puede perturbar la vida sexual, incluso antes de comenzar cualquier tratamiento. Anguita menciona que la hipertensión no controlada puede afectar las arterias y disminuir el flujo sanguíneo hacia los órganos, lo que puede conducir a disfunción sexual. Este problema es más grave, dado que la enfermedad frecuentemente no presenta síntomas evidentes.

Un control adecuado de la presión arterial no solo mejora el deseo sexual, sino que también previene complicaciones serias como accidentes cerebrovasculares e insuficiencia cardíaca. Para un seguimiento efectivo, se recomienda medir la presión en casa con un tensiómetro de brazo bien calibrado.

Pasos para medir la presión arterial:

  1. Posición: Sentado o acostado, con el brazo a la altura del corazón y reposo previo.
  2. Brazo: Medir en ambos brazos la primera vez y usar el que dé la lectura más alta.
  3. Medición: Una tensión de 140/90 o menos es normal. Si está más alta, hacer una segunda toma y tomar la media de las lecturas.
  4. Frecuencia:
    • Inicio/Cambio de tratamiento: Dos veces al día al principio.
    • Control estable: Una vez al mes si ya está controlada.

Espero que te sea útil esta versión.

DCN/Agencias

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